La historia de las tres hermanas de Ribadavia que ayudaron a unos 500 judíos a huir de los nazis a Portugal durante la II Guerra Mundial será llevada a la gran pantalla en una súper producción de Hollywood.
La película sobre las conocidas como las «Schindler gallegas» está en estos momentos en fase de preproducción, en la que trabajan tres firmas, Beverly Hills Entertainment, New Film International y Dark Steel Entertainment.
El guión es de Emilio Ruiz Barrachina, director de cine y escritor, quien en una entrevista con Efe detalla que el presupuesto que se baraja para la película oscila entre los 20 y los 25 millones de euros.
La idea es rodar en 2018 y ya hay elegidas varias localizaciones, tanto en Galicia como en Madrid, Francia, Nueva York y Alemania, precisa su guionista.
Las escenas de la parte de la historia que discurre en Ribadavia se rodarán seguramente en Ourense, y las del paso fronterizo a Portugal, en los cañones del Sil.
En Madrid se rodarán las escenas de trenes en marcha, concretamente en la línea a Burgos, con locomotoras a vapor.
Barrachina, que acaba de terminar una adaptación cinematográfica de 'Yerma', de Federico García Lorca, que se estrenará en 2017, hizo el camino a la inversa con la historia de las hermanas Touza, pues a partir de un guión cinematográfico desarrolló una novela, titulada 'Estación Libertad'.
Tanto el guión como la novela se centran en los judíos que huían de los nazis y «la protagonista» es la estación de Ribadavia, lo que no es óbice para que las hermanas Touza jueguen «un papel muy importante» en la trama.
El hilo conductor es un niño limpiabotas, llamado Martín, que tras ser delatado por colaboracionista con la red que ayudaba a los judíos a llegar a Portugal, viajó a Estados Unidos con una pareja de alemanes y que 60 años después regresó a Ribadavia.
Las hermanas Touza, Lola, Xulia y Amparo, han recibido diversos reconocimientos, tanto de la Red Sefardí de España como del colectivo Siboni en Jerusalén, donde se plantó un árbol con su nombre.
Formaron una red clandestina junto con Ricardo Pérez Parada, evangelista y tonelero, que ejercía de traductor, ya que tras vivir en Nueva York sabía hablar inglés y polaco; con su pariente taxista Xosé Rocha Freijedo y con el también taxista Javier Míguez, alias «El Calavera».
Además de ayudar a los refugiados judíos, a los que ocultaban bajo el suelo cuando llegaban a la estación, dieron comida y bebida a los presos que ocupaban la cárcel situada en el actual Ayuntamiento de Ribadavia y colaboraron con emigrantes que marchaban a Venezuela sin ningún medio.
Efe