Aunque lo habitual es que los derechos se adquieran tras ver la película, en este caso Ferrán Herranz y José Tito, fundadores de La Aventura que seguían de cerca el trabajo del surcoreano y habían distribuido una de sus películas anteriores, «Snowpiercer» (2013), compraron sobre guión.
«Nos enteramos de que Bong Joon-ho tenía un nuevo proyecto y pedimos el guión. Era lo mejor que habíamos leído nunca, así que fuimos a por él en una fase muy temprana, con el riesgo que eso conlleva».
«Pero no sólo salió bien sino que la película multiplicó por diez las posibilidades del guion, con una dirección y unas interpretaciones extraordinarias», añade.
La Aventura nació en el año 2013, en un momento de crisis del sector en el que muchas distribuidoras estaban cerrando -Alta Films, Manga- y muchos títulos independientes se estaban quedando sin llegar a las salas.
«Entramos en cines de versión original y circuitos culturales y poco después mutamos al fantástico. Ahora estamos a punto de estrenar ‘Sinónimos» de Nadav Lapid, la ganadora del Oso de Oro de la pasada Berlinale, y en tres semanas una película pequeña de animación que es una joya: ‘La famosa invasión de los osos de Sicilia'».
Los comienzos fueron difíciles «como los de cualquier empresa en este país», dice Tito, pero pasados los primeros años consiguieron estabilizarse. Estrenan entre 8 y 9 películas al año, con una media de entre 30 y 45 copias, muchas de ellas en versión original.
«Parásitos» está ahora mismo en 130 salas. El pasado fin de semana, en vísperas de los Oscar, era difícil encontrar localidades para verla en Madrid. El próximo fin de semana será más fácil, los distribuidores esperan doblar el número de salas hasta unas 250.
«Empezó siendo una película mediana, con una distribución muy seleccionada, y ha ido creciendo gracias al boca-oreja», dice Tito. Tras el éxito, afrontarán los próximos años «con más tranquilidad», pero sin planes de crecer.
«Estamos muy cómodos siendo pequeños», afirma. «Esta película supone para nosotros un respiro y los próximos años serán más tranquilos pero tenemos que estar muy atentos porque el mercado audiovisual es muy cambiante».
Sobre el logro histórico de ser la primera película en habla no inglesa que se lleva el Oscar más importante, el de mejor película -además de otros tres: mejor película extranjera, director y guión original-, Tito lo analiza en clave de pura calidad cinematográfica, pero también política.
«Es la respuesta del Hollywood más progresista al nacionalismo de Trump, abrirse al exterior de esa manera supone un golpe sobre la mesa, además con una película que tiene un componente ideológico tan poderoso sobre la lucha de clases», señala.
Por otro lado, añade, la película es muy divertida. «Es un trabajo de autor, como corrobora la Palma de Oro de Cannes, pero a la vez tiene un fuerte componente popular, es una película que no se niega al público, al contrario, es una montaña rusa que lleva al espectador de sorpresa en sorpresa para dejarlo al final desarmado y con la boca abierta».
Estrella Digital