Tras el «golpetazo brutal» que sufrió ayer al caerse del escenario del Wizink Center de Madrid, donde daba un concierto con Joan Manuel Serrat, Sabina fue trasladado a la clínica Ruber, donde se le apreciaron «tres fisuras limpias sin desplazamiento».
Hoy se le realizará un escaner completo además de otras pruebas para confirmar ese diagnóstico y, por el momento, los médicos prevén que Sabina permanezca ingresado en observación un mínimo de 48 horas.
El cantante, que justo ayer cumplía 71 años, tiene un complicado historial de salud, incluido un derrame cerebral en 2001, razón por la que los médicos han optado por mantenerle ingresado.
Estrella Digital