Así lo ha manifestado hoy el Museo del Prado en un comunicado de condolencias tras quedarse «huérfano» por la muerte de Arango, fallecido hoy «un día plomizo»- a los 88 años en Madrid.
El Prado, que ha destacado a Arango de «amante de la cultura, del arte y de la vida», ha matizado que dos han sido las características que han marcado sus años en esta institucion: «su generosidad sin límite y su nulo afán de protagonismo, tan de agradecer ambos en momentos en los que el egoísmo y la notoriedad vacía sacuden nuestra sociedad».
«Su compromiso con el Prado -ha añadido la pinacoteca- era para él fuente inagotable de entusiasmo y, para esta pinacoteca, una aportación de energía vital que contagiaba a todos. En los largos y fecundos años que su figura patricia ha acompañado el devenir del Museo, su ejemplo ha sido un espejo para los cientos de profesionales que aquí desempeñan su tarea».
Según han expresado, el empresario y filántropo astur-mexicano «supo ser un imprescindible apoyo, un líder capaz, un forjador de cariño hacia el Prado y también un generoso donante».
Un hombre que tuvo la «altura de miras y el amor a la pintura» necesarios para entender, según han añadido, que las obras que él había reunido en su impresionante colección eran «aún más grandes si pertenecían a todos».
«Hay que ser un sincero amante del arte para entender que este nos engrandece cuando lo contemplamos en común. Y él lo fue (utilizar el pasado para hablar de Plácido Arango, duele)», han matizado.
Además, según el comunicado de condolencias del Museo delPrado, también califican a ARANGO DE «hombre de Estado» capaz de «rehuir el protagonismo, para renunciar voluntariamente a la tremenda satisfacción que le producía presidir el Patronato del Museo, y seguir trabajando por esta institución, que tanto le deberá siempre».
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