La irrupción masiva de las plataformas para ver películas en dispositivos digitales no acabará con los cines tradicionales, a juicio del actor, guionista, director y productor estadounidense Viggo Mortensen, que hoy mostrará en la ciudad asturiana de Avilés otra de sus facetas, la de escritor, con una lectura comentada de sus poemas sobre el escenario del Centro Niemeyer.
“Yo soy antiguo en eso, a mí me encanta ir al cine y perderme en el cine, en la oscuridad, cerca de otra gente que no conozco, para inspirarnos y sorprendernos con lo que vayamos a ver”, ha señalado Mortensen en una entrevista con EFE, horas antes de su encuentro con el público asturiano, en la que ha incidido en que el de las salas tradicionales es el ámbito primordial al que orienta sus trabajos.
El actor que alcanzó la fama mundial encarnando a Aragorn en la trilogía «El señor de los anillos» se encuentra ahora inmerso en el que será su segundo trabajo de autor, una película sobre amor y venganza, con guion -escrito durante el confinamiento-, dirección y producción propios, un proyecto que, ha admitido, sería más fácil vender a una plataforma, pero que aspira a estrenar en salas de cine.
Neoyorquino de nacimiento, aunque con ascendencia danesa, Mortensen eligió España para fijar una de sus residencias, un país donde tiene familia y amigos, y ha asegurado haber conocido ya Asturias en una visita previa para familiarizarse con el buceo en cuevas cuando preparaba el papel de la última película que ha protagonizado y que estrenará el próximo mes de abril.
Se trata, ha recordado, de un historia basada en la operación internacional llevada a cabo en junio de 2018 para rescatar a un grupo de doce niños de un equipo de fútbol y su entrenador, atrapados en la cueva Tham Luang Nang No (Gran Cueva de la Dama Dormida), ubicada al norte de Tailandia, en la que interpreta el papel de uno de los buceadores, de nacionalidad inglesa.
De forma paralela, Mortensen desarrolla una carrera literaria que le llevó a publicar el poemario en castellano «Lo que no se puede escribir», que incluye fotografías que realizó en 2018, y que vio aplazada su presentación por la pandemia y por los sucesivos rodajes en los que participó.
Algunos de los poemas de ese libro forman parte de la selección que ha realizado para darles lectura en el Centro Niemeyer, un proceso de selección que le resulta «interesante» ya que le obliga a «repasar» viejos textos que no había leído hace mucho y recordar así la época en la que los escribió y lo que le ocurría a él o a sus amigos en ese momento concreto.
Así, ha comparado ese proceso con el gesto de repasar un álbum de fotos «donde se ven imágenes de familias o amigos, pero que el noventa por ciento de lo que se recuerda está fuera del marco de la foto, porque hace alusión a cómo estaba uno en ese momento, con quién vivías, de quién estabas enamorado o quién murió entonces».
Para Mortensen, compartir sus poemas con el público sobre un escenario es cómo estrenar una película «y nunca se sabe cómo va a reaccionar, que siempre es de diferente manera», aunque la cinta sea la misma. “Con la poesía sucede lo mismo, al leer un poema, algo pasa entre mi boca y la persona que escucha, es un proceso interesante que siempre evoluciona”, ha afirmado.
En ese álbum de la vida, ha asegurado, la fotografía fija de hoy tiene que ver con la situación actual, «con la gente que se enferma, que muere, y el proceso de aceptación», aspectos que toca en su último libro pese a tener, tras muchos años escribiendo, la sensación de haber abordado ya «todos los temas».
A su juicio, la pandemia que sufre el planeta «a la fuerza hace pensar y ser conscientes de que nos podemos infectar, sin saber qué va a pasar, porque la vida es incierta y, hasta cierto punto, es saludable aceptarlo, e intentar aprovechar al máximo cada día, puede sonar cursi, pero es así”.
“Sabemos que podemos enfermarnos y morir en cualquier momento; nos puede atropellar un camión, es decir, puede pasar cualquier cosa en el día a día, aunque no vamos por la vida pensando en eso porque nos volveríamos locos”, ha apuntado Mortensen.
Cine, poesía, música, fotografía y pintura “son herramientas para hacer lo mismo”, es decir, “observar, inferir, formar opiniones, tener sentimientos sobre ello y expresarlo, todo tiene el mismo propósito”, pero siempre con la incertidumbre, ha señala el actor.
“No se puede controlar ni la naturaleza ni cómo sale tu trabajo o tu forma de expresión, aunque la duda es semilla, en el mejor de los casos, de soluciones y modos de afrontar obstáculos, ayudan, pese a que sean frustrantes”, ha concluído el intérprete.
Estrella Digital