viernes, noviembre 22, 2024
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Llega «La abuela», una posesión demoníaca del director Paco Plaza

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Paco Plaza, uno de los nombres imprescindibles del cine español de terror estrena este viernes, tras varios retrasos debidos a la pandemia, su último largometraje, «La abuela», realizado con guion de Carlos Vermut sobre un tema que considera «grave»: la vejez.

«La abuela es una reflexión sobre el paso del tiempo y lo aterrador que nos resulta, y sobre cómo en esta sociedad hemos alejado el foco de las personas mayores, centrándonos en patrones de juventud y belleza como valores en sí mismos cuando en realidad son cosas, por naturaleza, caducas», suelta a bocajarro Plaza, en una entrevista con Efe.

La película está protagonizada por la brasileña Vera Valdéz, una fascinante modelo de 84 años, musa de los fotógrafos Richard Avedon y Helmut Newton y favorita de Coco Chanel, y por la actriz y modelo madrileña Almudena Amor, abuela y nieta, a las que acompaña Karina Kolokolchykova, una «amiga» imprescindible.

«La primera vez que hablé con el productor, Enrique López Lavigne, le dije que me gustaría hacer una película sobre una posesión demoníaca en la que el demonio fuera la vejez, porque creo que tenemos muy satanizado el paso del tiempo y me parecía necesario reflexionar sobre ello», comenta el director de «Verónica» (2017).

Hoy, dice Plaza, «parece intrínsecamente malo tener arrugas, o canas».

La película comienza cuando Susana tiene que dejar su vida de modelo en París para regresar a Madrid y atender a su abuela Pilar que acaba de sufrir un derrame cerebral; años atrás, cuando los padres de la niña murieron, la abuela la crió como si fuese su propia hija.

Susana necesita encontrar a alguien que cuide de Pilar, porque le espera un importante contrato de trabajo pero, aunque lo intenta, no encuentra mejor solución que ocuparse ella misma.

La pandemia, detrás de los retrasos en el estreno de esta cinta, atraviesa también la película; «es verdad -dice Plaza- que lo que significa una abuela hoy no tiene que ver con lo que significaba cuando empezamos a escribir el guion».

«Todos tenemos ahora imágenes aterradoras, más o menos cercanas, de la auténtica masacre en la que se convirtieron las residencias de ancianos, que nunca han dejado de ser más que desguaces de carne, esperando a procesar para quemarlos cuando se mueran», comenta con crudeza el director valenciano.

Por eso, añade, la película es también «un grito de rabia, de venganza de los ancianos».

Contada a modo de «matrioska», Plaza asegura que la metáfora le viene «muy bien» porque, en su opinión, «todos llevamos dentro a los que nos han precedido».

«Somos herederos de quienes somos y no podemos escapar de ello; la peli también habla de la herencia y de cómo seguimos existiendo dentro de los que nos suceden», concluye Plaza.

Es la primera película como protagonista para la recién llegada Amor, que se siente «como si le hubieran tocado con una varita» por debutar con una película de género, y también por la suerte que ha tenido de ser parte de la cinta con la que España intentará llegar al Óscar, «El buen patrón».

 

Sobre «La abuela», Amor afirma que desde que leyó el guion empatizó «muchísimo» con el personaje, y también con el tema que trata la película.

«Vera fue modelo y tuvo el cuerpo que tengo yo ahora, y yo terminaré teniendo el suyo. A mi me encantan esas escenas -se refiere a una larga secuencia en la que la nieta ducha a la abuela, en la que Plaza no esconde ni una arruga de la anciana-, me llenaban de ternura, y me parecen muy importantes para contar lo que cuenta la película».

«La incomodidad que provoca el desnudo de una persona mayor debería darnos mucho que pensar», apunta Plaza, y desvela que la escena de la ducha dura más de lo necesario a propósito para provocar la reflexión: «por qué estamos tan habituados a ver cuerpos jóvenes y lustrosos, cuando son un segmento tan pequeño de la sociedad».

Para Plaza ha sido «un privilegio» trabajar con Vermut. «Es muy poco habitual que un director escriba para otro. Pero somos amigos, compartimos mucha vida, mucho Sitges, y cuando yo me quedé atascado él se ofreció a ayudarme».

«Ha trabajado como un sastre, haciendo un traje a mi medida. Creo que ha impregnado la película con su esencia y me ha influido mucho en la manera de dirigirla y siento que el peso de Carlos en esta película es bastante notable», y no solo porque el aroma que impregna (y publicita la modelo) se llame «Magical Girl».

Alicia G.Arribas

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