viernes, noviembre 22, 2024
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De cuando Mónica Naranjo fue desestimada para Eurovisión y otros errores

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Benidorm Fest, el sistema de elección del representante español en Eurovisión 2022 que ha logrado recuperar la ilusión por el festival, afronta mañana su gran final con 8 aspirantes y muchas incógnitas sobre el ganador, lo que a su vez rememora fantasmas de errores pasados y balas de oro perdidas.

Entre tales meteduras de pata, destaca la que tuvo como protagonista involuntaria a Mónica Naranjo. Según ha podido saber Efe de fuentes presentes en aquella negociación, Sony Music ofreció sin mediación de la artista catalana que esta acudiera al festival para promocionar su disco «Palabra de mujer» (1997).

En aquel momento, la de Figueras era bastante desconocida en España. Había obtenido más eco como artista en México con el previo y homónimo «Mónica Naranjo» (1994) y en aquel país se planteó el lanzamiento de su segundo trabajo, que incluiría temas como «Desátame» o «Pantera en libertad».

Su éxito en ventas al otro lado del Atlántico animó a la discográfica a distribuirlo en la patria de Naranjo y, para empujar su fama, surgió la idea de postularla a Eurovisión. Lamentablemente, «alguien en RTVE no lo vio» y así decayó la posibilidad de ser representados por quien se convertiría en una de las figuras más importantes de la música española con un disco del que se vendieron 1 millón de copias.

CUANDO QUIEN SE EQUIVOCA ES ESPAÑA…

No solo los comités internos se equivocan. «Lo malo», «Corazón latino», «La revolución sexual»… Difícil borrar de la memoria canciones que con el tiempo se alzaron como éxitos de la música española pero que en procesos similares a Benidorm Fest no lograron el respaldo de público o jurados para llegar al festival.

A la búsquda de un cambio de paradigma musical, pocos olvidan la polémica preselección en 2017 de Manel Navarro y «Do It For Your Lover» (con último puesto incluido) que se llevó por delante el más predecible y festivalero «Contigo» de Mirela.

Para Juanma Fernández, de El Español, una gran pérdida fue «Sueño su boca» de Raúl, que en el 2000 quedó segundo ante «Colgado de un sueño» de Serafín Zubiri: «Aquel año se votaba por autonomías y se dejó en manos de las emisoras del grupo Cope. Al final, se optó por una propuesta más conservadora con un intérprete más conocido».

Ese mismo año, recuerda Víctor Escudero, comentarista para RTVE de Eurovisión y redactor en la web oficial del festival, fue el de «Alcanzarás la luna» de Alazán, «perdida» como un año después le pasó a «Yo quiero bailar» de Sonia y Selena frente a «Dile que la quiero» de David Civera (fue una edición completa, pues también se dio a conocer Merche con «No me pidas más amor»).

«Sobre todo lamento, y confieso que no empecé a darme cuenta hasta un día antes de la preselección, del valor de ‘Lo Malo’ de Aitana y Ana Guerra», dice respecto a Eurovisión 2018, cuando los elegidos fueron Alfred y Amaia con «Tu canción», impulsados por la categoría de Romero como favorita de «OT 2017» y la relación entre ambos artistas. «Yo mismo publiqué que el amor siempre gana», reconoce.

Al final, a Escudero no le gustaron «ni el tratamiento que se dio al tema ganador en su camino a Eurovisión ni el desdén de Amaia hacia el festival». «Además Ana Guerra y Aitana renegaban de ‘Lo Malo’. Nada ayudó en esa semana. Si hubiera habido unos diítas más… A día de hoy pienso que enviar ‘Tu canción’ fue nuestro mayor error y no enviar ‘Lo Malo’, que es un estilo que gusta más en nuestro país, la consecuencia del mismo», argumenta.

¿EL MAYOR ERROR DEL PÚBLICO?

Esa fijación de partida con un artista independientemente del tema que cante se había vivido de forma similar con el primer «OT» en el año 2002, cuando Rosa López, o «Rosa de España», fue elegida con «Europe’s Living a Celebration» en detrimento de David Bisbal y «Corazón Latino». Ese festival, por cierto, se lo llevó finalmente un tema de salsa interpretado por… Letonia.

«‘Corazón latino’ era un tema mediterráneo que representaba toda la esencia de España y que además contaba con el gran carisma de Bisbal a la hora de interpretar. Sin lugar a dudas, hubiera logrado el triunfo en el certamen musical europeo», opina Laura Ortiz, periodista responsable del canal «El Euroté» en Youtube.

A veces el número de canciones buenas hace imposible que alguna no se quede en el tintero. Pasó en 1965 con «Esos ojitos negros» del Dúo Dinámico, que quedaron segundos tras «Qué bueno, qué bueno» de Conchita Bautista y otra vez en 1970 con «Fiesta» de Margaluz y Rafael frente, claro, a «Gwendolyne» de Julio Iglesias.

Los «Y si» permanecen incluso cuando ninguna canción convence del todo y España efectivamente termina en los últimos puestos: ¿Y si en lugar de «Que me quiten lo bailao» con Lucía Pérez, en 2011 España hubiese estado representada por unos jovencísimos Auryn y «Volver»? ¿O con «Eres un enfermo» de Las Supremas de Móstoles en 2005 en lugar de «Brujería» de Son de Sol? ¿Y si hubiese sido Melody con «Amante de la luna» en 2009 y no Soraya?

«Pero con la perspectiva del tiempo, ‘La revolución sexual’ de La Casa Azul ha sido la gran oportunidad perdida de España en Eurovisión. Nunca sabremos cómo habría funcionado en el festival, pero sí que se ha convertido en un himno del pop español y que es sonrojante que el público en su día prefiriera bailar el ‘Chiki Chiki’ para hacer la gracia», rememora Vicente Rico, de la web Eurovision-Spain. 

Javier Herrero

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