Hay bolsos icónicos que nacieron como piezas de auténtica artesanía creadas en manos de diseñadores de firmas como Loewe, Chanel o Louis Vuitton. Modelos bello pero que, seguramente, sus creadores poco pensaban que hoy en día seguirían siendo icónicos. Es el caso de bolsos icónicos que son ya historia por sí mismos, como el Birkin de Hermès o el Amazona de Loewe.
Porque aunque las firmas de lujo lanzan cada temporada nuevos modelos, acordes con las tendencias de la moda y la evolución del paso de los años, existen modelos que pasan de madres a hijas y de abuelas a nietas como auténticos tesoros, resistiendo inmunes al paso de los años.
Los bolsos icónicos que se han convertido en historia de la moda
¿Qué amante de la moda no desearía un Birkin de Hermès heredado de su familia? Bolsos icónicos con historia, piezas de auténtica de fondo de armario que son clásicos que nunca pasan de moda. Comprar ciertos modelos de Hermés, Louis Vuitton o Chanel es mucho más que comprar un bolso carísimo: se trata de una inversión de moda con historia.
Hagamos un viaje por la historia de las firmas de lujo más deseadas a través de bolsos icónicos que son auténticas piezas de colección y lo que es más difícil, son auténtica historia de la moda.
El bolso Speedy de Louis Vuitton
El modelo Speedy de Louis Vuitton fue diseñado en 1930 por George Vuitton, que buscaba un bolso todoterreno capaz de adaptarse a todos los momentos de la vida diaria de una mujer.
Se trata de un bolso flexible, ligero e impermeable, confeccionado de primeras en la icónica lona Monogram, marca de la casa creada por George Vuitton en 1896.
En la década de los sesenta, el bolso Speedy ya era todo un objeto de deseo y hasta era el bolso favorito de Audrey Hepburn, quien iba con él a todas partes. La actriz hasta encargó a Henri-Louis Vuitton que lo confeccionara en un tamaño más pequeño (el modelo Speedy 25) especialmente para ella.
Con el paso de los años y con el resurgir de la marca en la década de los 2000, con Marc Jacobs en su dirección creativa, Speedy no solo fue un objeto de deseo, sino también el telón de fondo de Jacobs para modernizar la marca. En este sentido, en la colección primavera-verano 2006 el diseñador presentó un modelo de Speedy con la lona Monogram Perforé, con pequeñas perforaciones en el tejido que mostraban un forro interior multicolor.
A partir de entonces, Marc Jacobs reinventó una y otra vez el bolso Speedy, que ahora está disponible en múltiples versiones que convirtien en uno de los símbolos más reconocibles de la firma.
El bolso 2.55 de Chanel
El objetivo con el cual Coco Chanel creó el bolso más histórico de la firma francesa fue el mismo con el que la diseñadora creó sus diseños más icónicos en la moda: despojar a la mujer de las ataduras de finales del siglo XIX que ya eran caducas a mediados del siglo XX.
Así pues, del mismo modo que Chanel se despojó del corsé y las faldas, también quiso dar libertad a la mujer con un bolso que se pudiera colgar y que no tuviera que sostener necesariamente con las manos. Coco quería tener las manos libres y para ello creó, en febrero de 1955, un bolso que fuera a la vez bonito y práctico: el lo bautizó con el número 2.55 en alusión al mes y el año en que fue creado.
Se trata de un bolso pequeño de solo 20 centímetros de largo que incluye siete bolsillos que lo hacen muy práctico, a pesar de su pequeño tamaño. Otro de sus características más reconocibles es la cadena de metal y piel entrelazada de medida graduable, así como la icónica «doble C» estampada en el interior como un escudo.
Desde su lanzamiento, el 2.55 se convirtió en uno de los bolsos icónicos de la firma, lucido por celebrities de la talla de Brigitte Bardot. Que era un icono bien lo sabía Karl Lagerfeld, que lo reinventaba cada temporada con nuevos materiales, tejidos, colores y tamaños. Suya fue también la idea de añadir la «doble C» en el cierre actual del 2.55 y la acolchada.
Como curiosidad, cabe destacar lo costoso que es confeccionar cada modelo de 2.55, cuya producción cuenta con 18 horas de trabajo y necesita entre 6 y 15 personas, involucradas en un proceso de creación que necesita más de 180 pasos completamente artesanales.
El bolso Amazona de Loewe
Creado en 1975 por la mítica firma española Loewe, el Amazona no solo triunfó por su belleza, sino porque se convirtió en un símbolo en nuestro país, en un momento a las acaballas de la dictadura en que la sociedad se estaba abriendo al mundo exterior.
Este panorama social hacía que las mujeres se sintieran más libres, precisamente lo que quería darles el modelo Amazona, que se creó para un tipo de mujer más independiente. Su diseño duradero y funcional se pensó para usarse las 24 horas del día, 7 días a la semana, algo que rompía con la idea imperante hasta entonces, que implicaba cambiarse de bolso según la actividad, el evento o el momento del día.
Desde entonces, el Amazona es uno de los bolsos icónicos de Loewe y mantuvo la forma original hasta finales de los noventa, cuando se cambió el lugar del anagrama en el bolso y se modificó ligeramente la forma, más rectangular que el original.
El bolso Lady Dior de Dior
¿Sabías que la historia del bolso más icónico de Christian Dior está estrechamente ligada a Diana de Gales?
Todo empezó el 30 de septiembre de 1995, cuando Lady Di, ya separada del príncipe Carlos, acudió a una retrospectiva de la obra de Paul Cézanne en el museo Orsay de París, patrocinada por el grupo de lujo LVMH y Christian Dior. En el evento también estaban el director general de LVMH, Bernard Arnault; el presidente francés, Jacques Chirac; y la primera dama, Bernadette Chirac, que regalaron a Lady Di un bolso de Christian Dior como detalle diplomático, al ser la firma que patrocinaba la exposición.
El regalo fue idea de Bernadette Chirac, y el modelo elegido una nueva versión del bolso Chouchou, un pequeño bolso de mano de piel acolchada con asas, del que cuelgan unos adornos formando la palabra Dior. La princesa estaba tan encantada con su regalo que empezó a llevarlo a todas partes, lo que comportó que, un año después el modelo saliera al mercado rebautizado como Lady Dior, en honor a Lady Di.
Desde entonces hasta hoy, el mítico Lady Dior es un emblema y uno de los bolsos icónicos de Dior, que lo ha reinventado en distintos tamaños, estampados y materiales.
El bolso Birkin… y el bolso Kelly de Hermès
Lady Dior no es el único bolso de una firma de lujo vinculado a una persona femenina. Concretamente, los dos bolsos icónicos de Hermès están ligados a las dos mujeres que los inspiraron: Jane Birkin y Grace Kelly, princesa de Mónaco.
En el caso del bolso Birkin, su semilla nació hace casi 40 años, en 1984, cuando Jean-Louis Dumas, el director creativo de Hermès por aquel entonces, se encontró con la actriz y cantante británica Jane Birkin a bordo de un avión.
Posiblemente por defecto profesional, durante el vuelo, Dumas no pudo dejar de fijarse en el bolso de paja que acompañaba siempre a la actriz, sin dejar de sorprenderse. Birkin, al darse cuenta, le confesó a Dumas que nunca encontraba un bolso de firma suficientemente grande para todo lo que solía llevar encima. Y así, sin darse cuenta, Jane Birkin acababa de lanzar la semilla de creación del bolso más caro del mundo y uno de los más deseados aún hoy en día.
En su taller, Dumas pensó en ello y creó un bolso amplio y profundo de forma rectangular con el que las mujeres no tuvieran que sacrificar el estilo en pro de la comodidad. En honor a la mujer que lo inspiró, Dumas lo bautizó con su apellido: Birkin. El resto, es historia.
Hoy en día, un Birkin es sinónimo de estilo, lujo, elegancia y distinción e incluso una auténtica inversión, por lo que no son pocas las celebrities que coleccionan distintos modelos y tamaños. Victoria Beckham tiene más de 100 modelos Birkin, cuyo valor total supera los 1.5 millones de libras (casi 1.7 millones de euros).
Pero el Birkin no es el único de los bolsos icónicos de Hermès que ha pasado a la historia. Mucho antes, alrededor de 1930, Robert Dumas creó un modelo de bolso de mano más grande de lo que era habitual en la época, rompiendo los moldes de estilo de entonces.
El modelo pasó desapercibido hasta 1956, cuando Grace Kelly, la actriz convertida en princesa de Mónaco, lo lució en una fotografía que dio la vuelta al mundo. Más tarde se supo que la princesa contaban entonces con seis modelos distintos del mismo bolso: en negro, miel, marrón, rojo y verde oscuro y en piel de cocodrilo; algo que llevó a la firma a bautizarlo con el apellido de la princesa de Mónaco: Kelly, convirtiéndolo en el segundo de sus bolsos icónicos.
