La presión arterial es la presión que ejerce el corazón al impulsar la sangre hacia las arterias y los vasos sanguíneos y hacer llegar así oxígeno y nutrientes a todos los órganos, estructuras y células del cuerpo humano. Su buen Funcionamiento depende de una variedad de factores que contribuyen a un equilibrio perfecto que a veces, sin embargo, presenta fallos.
Según explica a Infosalus el doctor Vicente Palomo, responsable del Área de Patología Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el equilibrio de la presión arterial depende de diversos mecanismos: el ritmo y fuerza de bombeo del corazón, el estado del árbol vascular y la cantidad de líquidos y sal que existen en el organismo.
El cuadro de síntomas típico de una bajada de tensión son mareos, se nubla la visión, cansancio o debilidad repentinos y si el oxígeno y la glucosa no pueden alcanzar el cerebro se produce un síncope o desvanecimiento. El desvanecimiento constituye un mecanismo de defensa del organismo ya que el desmayo lleva al cuerpo a situarse en una posición horizontal que ayuda a que el flujo sanguíneo llegue sin problemas hasta el cerebro y no necesite contrarrestar la verticalidad de estar de pie.
Palomo explica que la hipotensión arterial esencial es una condición en la que la persona tiene por su constitución física una presión arterial baja. «Estas personas tendrán que acostumbrarse a sufrir mareos de vez en cuando pero a cambio es muy probable que tengan una vida más larga», comenta el médico de familia que señala que los mecanismos de la presión arterial en estas personas suponen un menor desgastefísico y cardiovascular en términos generales. ¿Cómo actuar ante una bajada de tensión?
Cuando se presentan episodios de bajadas de tensión y no existe una hipotensión arterial esencial, Palomo señala que hay que descartar otras posibles causas para los síntomas que se presentan, que pueden estar asociados al corazón, al árbol vascular, las hormonas o el sistema renal.
Las posibles causas de un episodio de hipotensión pueden asociarse así a una enfermedad cardiovascular, en la que haya alteraciones en el ritmo cardiaco o la fuerza de bombeo, una enfermedad que cause deshidratación debido por ejemplo a una alteración de las hormonas implicadas en la regulación del sodio o a una gastroenteritis, una menstruación intensa o una hemorragia estomacal.
Palomo señala que en el caso de quienes sufren hipotensión arterial esencial no existe tratamiento farmacológico y que sólo se pueden tomar medidas higiénico-dietéticas como comer bien y tomar suficiente sal y nutrientes. «Antes se empleaban fármacos para aumentar el latido cardiaco pero se han comprobado contraproducentes y se han descartado», señala el médico.
En estos casos la persona debe intentar mantenerse fresca durante los meses de calor y evitar estar abrigada en exceso ya que las altas temperaturas corporales bajan la tensión y las más bajas la suben y no utilizar ropa o complementos que opriman y dificulten la circulación sanguínea.
El doctor Palomo llama la atención sobre la costumbre cada vez más común de tomar agua en exceso. «Tomar más de dos o tres litros de agua al día es perjudicial ya que se eliminan demasiados líquidos y sal del organismo», aclara el médico de familia.
Sobre cómo actuar cuándo se está produciendo un episodio de hipotensión o síncope
Palomo apunta los siguientes consejos:
1. Tumbar o dejar a la persona tumbada si ha sufrido un desvanecimiento y no tratar de forzar la reanimación ni sentarla. Se puede colocar algún apoyo bajo sus piernas para levantarlas y favorecer así que la sangre alcance más rápido el cerebro.
2. Si está inconsciente tumbar a la persona de lado, con esto se evita que la lengua pueda asfixiarla al estar bocarriba y permite que la lengua caiga de forma lateral sin entorpecer la entrada de aire.
2. Comprobar si respira bien y está consciente y no practicar ninguna maniobra de reanimación si las constantes vitales están bien. Si no hay latido ni respiración realizar la reanimación cardiopulmonar y llamar a los servicios de urgencia.
3. Aflojar la ropa o prendas que puedan oprimir trascurridos unos minutos.
4. Si tras 5 minutos la persona no reacciona, a pesar de tener pulso y respirar bien, avisar a los servicios de urgencia.