El logro, que es portada del último número de la revista «Biomacromolecules» de la Sociedad Americana de Química, ha sido liderado por Gerard Lligadas y Adrián Moreno, dos investigadores del del grupo Polímeros Sostenibles de la URV.
Según ha explicado Lligadas, han diseñado una familia de iniciadores hidrofóbicos degradables -los compuestos que permiten iniciar el proceso de polimerización- que permiten obtener polímeros sensibles a uno o varios estímulos biológicamente relevantes.
La utilización de este diseño ha permitido formular en agua partículas de tamaño nanoscópico, que pueden encapsular en su interior pequeñas moléculas y liberarlas después sólo en ambientes ácidos, reductores o bajo irradiación con luz ultravioleta.
Por ejemplo, estas nanopartículas se podrían utilizar como vehículos de fármacos antitumorales en el cuerpo humano que liberen sólo su carga en zonas del cuerpo donde el pH es ligeramente ácido – como es el caso de los tejidos cancerosos, ha indicado el investigador, que ha recordado que la liberación controlada de fármacos responde a la necesidad de crear tratamientos menos invasivos y más eficientes en base a medicinas ya existentes.
«Los retos incluyen mejorar la poca solubilidad de algunos fármacos hidrofóbicos en agua así como controlar su liberación para maximizar la efectividad del tratamiento», ha subrayado.
Estas partículas que han desarrollado, tienen la ventaja de que el corazón es hidrofóbico y la corona hidrofílica, de modo que el corazón hidrofóbico permite encapsular una droga, por ejemplo, y la corona hace que las partículas sean solubles en agua.
Esto permite la liberación del principio activo exclusivamente en la zona donde se encuentre el estímulo, en el caso de esta investigación, los tejidos cancerosos.
Si hasta este momento se habían desarrollado otros polímeros con este fin, lo que han diseñado ahora tiene un valor añadido desde el punto de vista de simplicidad.
Para hacer el polímero se requerían dos monómeros, un hidrofílico y un hidrofóbico y los investigadores de la URV lo han hecho ahora combinando los iniciadores desarrollados con un único monómero biocompatible hidrofílico.
Según Lligadas, esta aproximación sintética destaca por su simplicidad y versatilidad: «Los resultados de esta investigación básica nos han animado a buscar otras colaboraciones multidisciplinarias para estudiar la aplicación de estos polímeros en el diagnóstico y tratamiento de patologías humanas». EFE
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