La investigación, realizada en el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA del Hospital Clínico de Valencia, está dirigida por Rosa Noguera Salvá -coordinadora del Grupo de Investigación Traslacional de Tumores Sólidos Pediátricos de este Instituto e investigadora principal de grupo del Centro de Investigación en Red del Cáncer (CIBERONC) dependiente del Instituto de Salud Carlos III.
El proyecto de investigación se enmarca en la tesis doctoral que realiza el investigador Ezequiel Monferrer, a partir de los estudios previos del INCLIVA que habían señalado que el ambiente y la rigidez del tumor influyen en la agresividad del neuroblastoma –el tumor sólido extracraneal más común en la infancia- y que han demostrado que la tecnología de bioimpresión tridimensional permite generar, mantener y estudiar recreaciones simplificadas de tumores.
Algunas formas de neuroblastoma desaparecen por sí solas, mientras que otras pueden requerir varios tratamientos, ha recordado hoy el Instituto de Salud Carlos III en una nota de prensa, y ha precisado que este tipo de tumor se puede propagar (hacer metástasis) desde el órgano de origen, donde existen grupos de células nerviosas, a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos, la médula ósea, el hígado, la piel y los huesos.
La evidencia de que estas plataformas de cultivo puedan imitar el comportamiento de tumores con distintas características permite conocer los aspectos clave de la agresividad tumoral, no solo de los pacientes de neuroblastoma de alto riesgo, sino también de otros tumores.
Además, aporta importantes avances en el campo de la medicina oncológica al contribuir a la realización de diagnósticos más precisos y predicciones del proceso tumoral en los pacientes, así como al desarrollo de terapias novedosas, según el trabajo de investigación, que se encuentra en una fase intermedia, y cuyas primeras conclusiones se han publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences.
Hasta el momento, se han generado estructuras en 3D con gelatina y distintas cantidades de un compuesto (el «alginato metacrilato» para recrear entornos tumorales de distinta rigidez; en estas estructuras se han cultivado células de neuroblastoma junto a otras no cancerosas que forman parte del conjunto tumoral, recreando así las interacciones que hay entre las distintas células del tumor y el ambiente que las rodea.
En las siguientes fases se procederá a estudiar otros aspectos relevantes en la evolución del cáncer para obtener patrones completos de comportamiento relacionados con las características específicas de cada modelo tumoral, ha explicado el Instituto de Salud Carlos III, que ha señalado que se espera, al final del proyecto, disponer de modelos bien caracterizados que imiten distintos tipos de neuroblastoma para poder realizar ensayos terapéuticos preclínicos. EFE
M.M.