La alianza People’s Vaccine, que incluye a Oxfam, Frontline AIDS, ONUSIDA, Global Justice Now, Yunus Center y Salud por Derecho denunció este miércoles que mientras que los países ricos vacunan a una persona por segundo, las naciones pobres no han administrado ni una dosis. Además, advirtió de que los países en desarrollo se están enfrentando a una escasez crítica de oxígeno y suministros médicos en la lucha contra la Covid 19.
Reprocha también esta alianza que muchas de estas naciones ricas -incluidas EEUU, Reino Unido y la UE- están bloqueando una propuesta de más de cien países para anular temporalmente los monopolios de las empresas farmacéuticas y que permitiría responder a la necesidad urgente de aumentar la producción de vacunas Covid-19 seguras y eficaces para garantizar que los países más pobres tengan acceso a las dosis que necesitan.
Aunque algunos países pobres recibirán dosis de las vacunas a través de la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud, las cantidades disponibles solo cubren al tres por ciento de las personas de estos países hasta mediados de año, y hasta una quinta parte a finales de 2021, en el mejor de los casos, recuerda.
Por esto, el 11 de marzo se llevarán a cabo protestas frente a las sedes de grandes empresas farmacéuticas como parte de una acción global con activistas de todo el mundo.
La directora ejecutiva de Oxfam International, Gabriela Bucher, destacó en relación a este tema: “En todo el mundo ya se han perdido dos millones y medio de vidas debido a esta brutal enfermedad y muchos países luchan sin una atención médica adecuada y sin vacunas. Al permitir que un pequeño grupo de compañías farmacéuticas decida quién vive y quién muere, las naciones ricas están prolongando esta emergencia sanitaria mundial sin precedentes y poniendo en peligro innumerables vidas. En este momento crucial, los países en desarrollo necesitan apoyo, no oposición».
El profesor ganador del Nobel Muhammad Yunus, uno de los líderes de la alianza People’s Vaccine, destacó que «para el mundo rico, este acto de solidaridad global propuesto para garantizar que los medicamentos y las vacunas lleguen a toda la familia humana simultáneamente no es solo un acto de caridad, sino que va en nuestro propio interés”. Y advirtió de que “debemos actuar ahora. No hay vuelta atrás. Es totalmente injusto que los países ricos, que tienen suficientes vacunas para proteger a sus ciudadanos, no ayuden a los países más pobres a obtener las vacunas que necesitan”.
Vanessa López, directora de Salud por Derecho, recordó, por su parte, que «en esta crisis sin precedentes los gobiernos tienen la obligación de poner en marcha medidas excepcionales. La pregunta es cómo quieren ser recordados nuestros líderes, como aquellos que protegieron el interés general o el de las farmacéuticas. La historia la escribirán sus actos”.
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