El estudio, según señala la UC en nota de prensa, realiza importantes aportaciones al conocimiento de los mecanismos asociados al linfoma cutáneo de células T, un tipo de tumor de las células sanguíneas que se establece hacia y desde la piel.
Se trata de una enfermedad rara que puede causar “graves afecciones” a las personas que la padecen, causando en ocasiones incluso el suicidio.
Los resultados del trabajo multidisciplinar llevado a cabo por los científicos, junto a patólogos, dermatólogos y oncólogos de la Fundación Jiménez Díaz y el Hospital 12 de Octubre, han sido publicados en la revista científica “Journal of Investigative Dermatology” bajo el título “PLCγ1/PKCθ Downstream Signaling Controls Cutaneous T-Cell Lymphoma Development And Progression”.
Como primera firmante figura Nuria García-Díaz, que tras su paso por la UC y el IDIVAL trabaja actualmente en el Instituto de Medicina Clínica de Oslo (Noruega), y la acompañan Berta Casar, Laura Quevedo e Ignacio Varela -los tres del IBBTEC-, Fulgencio Ruso-Julve, Carmen González-Vela y José Pedro Vaqué (de la UC-IDIVAL).
Este último, responsable del laboratorio “Mecanismos del cáncer” de la Facultad de Medicina, explica que la aportación fundamental del estudio consiste en describir nuevos mecanismos dependientes de la proteína PKC-theta que pueden dirigir la proliferación, formación y diseminación de los linfomas cutáneos de células T (CTCL).
Cuando estos linfocitos colonizan la piel “forman lesiones tumorales en forma de manchas o placas que, a pesar de tener un curso inicial indolente, derivan en pruritos crónicos -causantes de gran picazón- e infecciones subyacentes a la ruptura de la barrera epidérmica que pueden resultar fatales”, apunta Vaqué.
“Estos cánceres tienen opciones limitadas de tratamiento, aplicándose casi todos los tratamientos en estadios primarios. Por otra parte, en estadios más avanzados, cuando los linfocitos T malignos abandonan la piel y se diseminan sistémicamente, no existen tratamientos curativos, con lo que la supervivencia de los pacientes se ve muy reducida”, añade el investigador.
En el trabajo se han combinado modelos de experimentación in vitro e in vivo utilizando células derivadas de CTCL estudiadas en diferentes situaciones entre las que se incluye su implantación en embriones de pollo, así como estudios de expresión en muestras de pacientes clínicamente caracterizados (a través de una cohorte de 100 voluntarios).
Entre las conclusiones más importantes, se propone la utilidad de PKCθ y sus genes diana como potenciales dianas terapéuticas, tanto en solitario como en combinación con inhibidores de la ruta JAK-STAT. Estos inhibidores ya están disponibles para uso clínico en otras enfermedades.
“A través de su utilización conseguimos que los tumores no solo no crezcan, sino que se bloquee su diseminación por el resto del organismo del pollo”, explica el científico. EFE
A.M.