domingo, noviembre 24, 2024
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Endocrinos advierten que no tiene sentido incrementar la toma de yodo

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Con motivo de la invasión de Ucrania por Rusia y el temor a un ataque nuclear, los doctores Lluis Vila y Juan Carlos Galofré, del área de Tiroides de la SEEN, han querido aclarar algunas dudas que están llevando a algunas personas a tratar de hacerse con comprimidos de yoduro potásico para protegerse de los efectos que pudieran derivarse de la llegada de nubes con material radioactivo.

Tras un accidente nuclear se libera, entre otros, yodo radioactivo que, si lo capta la tiroides, aumenta el riesgo de cáncer en esta glándula; solo en esta situación es aconsejable ingerir comprimidos de yoduro potásico, pero a dosis muy elevadas para bloquear cualquier captación de yodo radioactivo por parte de la glándula.

«No sirven en absoluto las dosis de los comprimidos que se utilizan en las mujeres embarazadas. Las dosis de los comprimidos para la protección frente al yodo radioactivo llevan cantidades que pueden contener entre 60 y 150 miligramos de yoduro potásico, es decir supera en más de 500-1000 veces la dosis recomendada diaria», precisan.

Por lo que, «en este momento, no tiene ningún sentido aumentar tomar dosis excesivas de yodo de manera indiscriminada para prevenir un hipotético accidente nuclear o nube con material radioactivo» y, si llegara ese momento, «se deberán seguir las indicaciones de la autoridad sanitaria competente».

Ingerir este elemento en exceso puede acarrear riesgos para la salud como una producción excesiva de hormonas tiroideas (tirotoxicosis) o incluso hipotiroidismo, por lo que «de ningún modo se pueden ingerir estos productos sin una indicación expresa de las autoridades de Salud».

Además, hay que tener presente que las dosis elevadas de yoduro potásico, cuando hay riesgo de contacto con yodo radioactivo, solo minimiza el riesgo de padecer cáncer de tiroides, no de los otros efectos que pueda ocasionar la radioactividad.

No ocurre lo mismo, prosiguen, con el yodo 131 que se utiliza como tratamiento de algunas enfermedades de la tiroides; en este caso no es perjudicial tomarlo porque las dosis que se utilizan en ámbito hospitalario están controladas por especialistas.

El yodo, explican los endocrinólogos, es un elemento fundamental para el funcionamiento de la glándula que, de manera natural, lo capta para poder sintetizar sus hormonas; si su reserva está completa, la glándula captará mucho menos y el que sobra lo eliminará por la orina, pero si están vacíos o no bien repletos, tendrá más avidez por hacerse con él.

Para garantizar que los depósitos están repletos, lo más importante es que la ingesta de yodo sea la adecuada: las necesidades diarias están alrededor de 150 microgramos en población adulta, 90-120 microgramos en población infantil y 250 microgramos en mujeres gestantes o que mantienen lactancia.

Y, para cubrirlas, basta con tomar alimentos ricos en yodo de modo habitual, como la sal yodada o los lácteos; en el caso de las mujeres embarazadas, hay una mayor necesidad, por lo que en la mayoría de los casos se recomienda que tomen como suplementos comprimidos de yoduro potásico en unas cantidades ajustadas que habitualmente contienen entre 100 y 200 microgramos. 

 

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