La covid persistente supone, como el propio virus SARS-CoV-2, un nuevo desafío, según los expertos, que han subrayado la importancia de que los pacientes tengan un tiempo adecuado de recuperación antes de recuperar su actividad normal y de que no se sientan presionados para no experimentar un rebrote de los síntomas.
Estas conclusiones se han plasmado en el último informe del Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM) que asesora al Ministerio de Ciencia y apoya al Gobierno en materias científicas relacionadas con la covid-19 desde el inicio de la pandemia.
El equipo del GTM está integrado por 16 investigadores de diferentes áreas de la ciencia y de la tecnología, entre ellos (como presidente) el catedrático y nutricionista José María Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tufts de Boston y uno de los autores principales de este informe.
También forman parte varios catedráticos de economía, expertos en biodiversidad, en inteligencia artificial, matemáticos o especialistas en bioética y derecho.
En su último informe, este equipo de científicos ha destacado, entre los más de cincuenta síntomas asociados a la covid persistente, problemas como la fatiga, la disnea, el dolor torácico, palpitaciones, síntomas gastrointestinales, confusión mental, la ansiedad y la depresión.
Y han constatado que muchos de los pacientes padecen algunos de estos síntomas, a menudo debilitantes, después de la infección y durante semanas e incluso meses.
Los investigadores que forman parte del GTM han observado además que una de las evidencias más sorprendentes en estos casos es que algunos de los pacientes con menos síntomas y de menor gravedad, y que inicialmente habían sido tratados solo en Atención Primaria o habían sido prácticamente asintomáticos durante la infección, son después los más afectados y muestran una mayor sintomatología.
En España, donde se han superado las 100.000 muertes y los 11,2 millones de casos desde el inicio de la pandemia, las estimaciones recogidas en el informe apuntan que aproximadamente el 6,8 por ciento de todas las infecciones y el 15,2 por ciento de pacientes con una infección sintomática desarrollan covid persistente.
Los investigadores del GTM han señalado en su último informe que en España, sin un registro nacional de pacientes con covid persistente y a falta también de una visión completa de la historia natural de la infección y de su resolución, se estima que más de 1 millón de personas pueden desarrollar esos síntomas persistentes.
Aunque han corroborado también que son pocas todavía las investigaciones analíticas sobre los factores de riesgo de desarrollar una covid persistente, sí han apuntado que los candidatos más probables son los adultos con edades entre 30 y 50 años y las mujeres, así como los pacientes que han presentado más de tres síntomas en la infección aguda de la enfermedad.
Cuando se preguntan cómo tratar a estos pacientes, los investigadores han incidido en que necesitan ser atendidos por varios especialistas, desde internistas, neumólogos, cardiólogos, gastroenterólogos, «y por supuesto en atención primaria», y en la importancia de realizar resonancias, tomografías, analíticas y otras pruebas diagnósticas para identificar los problemas subyacentes, controlar los síntomas y mejorar su capacidad funcional.
Han subrayado también que los pacientes deben tener un tiempo suficiente para la recuperación antes de volver a su actividad habitual, y han recordado que ya es conocido por otro tipo de infecciones similares que si se presiona demasiado, se experimenta una recidiva y la recuperación es más lenta de lo esperado.
«La buena noticia es que, a partir de los seis meses, hay una mejora gradual en la mayoría de series de pacientes, incluidos aquellos que estuvieron ingresados en la UCI», concluye el informe del Grupo de Trabajo Multidisciplinar.
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