Han cerrado nueve. ¿Cuántos podrán abrirse en el futuro? Como mucho, cuatro o cinco. Lo normal, dos o tres. Quizá, ninguno. El que pueda haber un nuevo concurso para aumentar la oferta de TV depende del Gobierno, pero podría demorarse más allá de 2015, si las privadas continúan con su amenaza de no darle ni una facilidad para ello.
Atresmedia, Mediaset, Vocento y Unidad Editorial han cumplido con lo que les exigía la ley, pero tienen previsto recurrir todo lo que sea necesario para que el Gobierno de Rajoy no pueda cumplir en esta legislatura (la siguiente es una perspectiva demasiado larga) su promesa de poder satisfacer las peticiones de otros interesados en tener un canal de TDT.
La idea inicial del Gobieno era la de sacar a concurso la licencia de cuatro o cinco canales de televisión tras el cierre esta semana de otros nueve. Pero ni aunque Mediaset o Atresmedia recibieran algún canal, la decisión es plantar cara en los tribunales para que ese concurso no prosperara, según ratifica UTECA, su patronal.
Si el reparto que hizo el Gobierno de Zapatero en 2010 resultó polémico, al otorgar múltiplex sin el obligatorio concurso que exige la ley, invalidando con posterioridad el Supremo dicha decisión al no ver ningún interés general en dicho reparto, ahora serían los dos grupos audiovisuales más fuertes del país los que pondrían pegas al proceso desde el comienzo.
Posición gubernamental
De momento todo son suposiciones, habida cuenta de que el Gobierno, a través del ministro de Industria, José Manuel Soria, ha dejado claro a todo el mundo que sólo habría posibilidad de un concurso si sobrase espectro, tras la puesta en marcha del 4G en la banda de los 800 Mhz, la misma que ocupan en la actualidad las televisiones.
El titular de dicha cartera precisaba hace pocas fechas en un acto público que están diseñando un plan para hacer posible la liberalización del espectro radioeléctrico sobre la base de esos 15 canales de televisión digital terrestre. Lo importante para él sigue siendo «que el 1 de enero de 2015 esté liberado ese espectro».
Ahí comienza la principal duda: ¿sobrará espacio radioeléctrico tras el 4G?. Lo que está claro es que si sobra no habrá suficiente para otros nueve canales, ya que precisamente por eso, para liberalizar ese espectro, se ha tomado la decisión de suprimir otros tantos. Incluso UTECA ha significado que antes de que saliera la sentencia del Supremo el Gobierno del PP ya planteó reducir el número de canales de forma pactada para abaratar la transición a la telefonía de Cuarta Generación.
Como, a más tardar (todo parece indicar que podría darse antes) será a comienzos del próximo año cuando tenga que estar liberalizado todo el espectro, parece claro que, como mínimo, hasta el primer trimestre de 2014 no habrá concurso alguno, si es que finalmente lo hay.
Lo malo es que las privadas, como ha denunciado Andrés Armas, el secretario general de UTECA, consideran que hay muchas opciones legales para evitar que se repartan las licencias: «Las cadenas impugnarán los pliegos del concurso, la convocatoria y el fallo, por lo que este Gobierno, al que le quedan apenas 15 meses de legislatura, no podrá dar las licencias».
Las nuevas TV
Tampoco está claro qué canales serían los que optarían a ese hipotético concurso, ya que, por ejemplo, para grupos como Unidad Editorial y Vocento/Net TV, con menos recursos económicos que Atresmedia y Mediaset, y que se han enfrentado a la pérdida del 50% de sus canales y se han visto obligados a realquilar sus frecuencias, se antoja complicado que pudieran presentarse al mismo.
Si fueran finálmente cuatro o hasta cinco los canales a concurso, no más, sí podrían optar a uno Atresmedia y Mediaset. De lo contrario, si sólo salieran menos de esa cifra, les resultaría muy complicado, ya que todo parece indicar que por delante de ellos podrían tener «ventaja» otros como 13 TV, de la Conferencia Episcopal, o incluso Gol TV, si Atresmedia consigue finalmente «echar» al canal de Mediapro del espectro que le tiene alquilado.
En el caso de 13 TV, hasta se está valorando desde la propia empresa el solicitar como parte implicada el concurso (la ley contemplaría esa posibilidad), por aquello de que puede ser fundamental para su supervivencia. Hay que tener en cuenta que emitir por el dial alquilado a Unidad Editorial les supone un desembolso de más de 2 millones de euros anuales.
Incluso Julio Ariza y su Grupo Intereconomía parece que estarían interesados en concursar, aunque se antoja difícil estas licencias con sus problemas económicos y debiendo todavía nóminas a gran parte de su plantilla. Nadie se imagina de dónde podría sacar Ariza el dinero suficiente como para afrontar los gastos que supondría gestionar un canal.
Al ser concurso público, cabría la posibilidad de que las licencias pudieran llegar hasta manos de grandes grupos extranjeros, como Al Jazeera, pero parece también complicado que se diera esa opción, ya que los dos grandes grupos españoles, los citados Atresmedia y Mediaset, podrían alegar que ellos ya invirtieron grandes cantidades de dinero en la puesta en marcha de canales como los que ahora han tenido que cerrar.
Las negociaciones, por mucho que desde una parte se esté en contra del concurso, serían arduas tanto con el ministro de Industria como con la propia vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
De momento, el primer paso será la aprobación por el Consejo de Ministros del Real Decreto del Plan Técnico del Dividendo Digital, algo que podría realizarse incluso antes del mes de junio. A partir de ahí los operadores de telecomunicaciones podrían hacer suyas las frecuencias de telefonía en la banda 800 MHz por las que apostaron en 2001 a cambio de 1.647 millones de euros.