viernes, septiembre 20, 2024
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«Yo me lavo las manos con ‘Sé lo que hicisteis’, no hice nada malo»

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-Al margen de apariciones esporádicas, llevaba ya tres años, desde 'BuenAgente' sin protagonismo en un espacio televisivo…

-Sí, la verdad es que desde esa serie me he centrado en el cine porque no me llegaba el formato de televisión que creía podía defender, no creía en ninguno de los que me presentaron. Fue mi manera de retirarme un poquito de la pequeña pantalla, pero siempre tuve en mente la idea de volver con un proyecto como 'Ciento y la madre', por lo que esto muy contenta.

-¿Tan gamberra es para que la tengamos que ver siempre en esta especie de papel televisivo?

-Yo siempre he tenido mucha suerte de encontrarme a directores al lado que han sacado ese lado gamberro, lo que han querido. He hecho buen tándem con ellos, porque al final si te entiendes con el director es cuando sale el proyecto bien. No soy una gamberra en mi día a día, ni una mujer que se pase el día gastando bromas, tengo un lado serio y amable y otro más extrovertido y gamberro cuando estoy en un ambiente familiar y cómoda. 

-Lo que está claro es que sabe reírse de sí misma…

-Eso siempre. Puedes reírte de ti mismo, y no ser una persona gamberra, que sobre todo era con 20 años, pero para el trabajo vuelvo a sacar esa parte de mi, porque lo pide el guión. Si no te ríes de ti mismo en la vida, de quién lo vas a hacer. 

-¿A quién le gastaría una broma?

-No soy de preparar bromas, soy más de bromas sin importancia.

-¿Usted se las toma bien?

-Sí, porque hay un componente que me encanta. En una broma siempre te dicen algo malo y luego lo intentas arreglar, y cuando escuchas eso de «es una broma» siento alivio, eso me encanta.

-¿Dónde está el límite entre la broma y la broma pesada?

-Una broma es sin maldad, la otra va con maldad. 

-¿Los famosos que participan en su nuevo programa han puesto algún límite, les ha dicho hasta ahí puedo llegar y no más?

-No, me ha sorprendido mucho porque todos han demostrado tener un gran sentido del humor, estaban muy a favor de obra. He podido conocer a gente que no conocía, pues pese a llevar 15 años en ésto no me había encontrado cara a cara con gente como Rossy de Palma o con Ana Obregón, y me han sorprendido para bien. 

-¿Alguno se negó a seguir sus «instrucciones»?

-Bueno, por ejemplo con Chenoa cuando le indiqué que cuando se quitara la camiseta se tocara sus senos y le dijera al masajista: «Te presento a mis chenoítas», se negaba a hacerlo, mirando a cámara diciendo que no, o cuando le comuniqué a Lolita que robara un vestido en una tienda, me decía que cómo iba a hacer eso. El famoso buscaba una cámara para pedir un poco de ayuda, pero todos entraron bien a las bromas y participaron en todas. 

Nunca me voy a arrepentir de una decisión que haya tomado en la vida

-En 'Ciento y la madre' va a trabajar con gente con la que estuvo en 'Lady Kaña', hace ya diez años…

-Aquello fue todo un descubrimiento. Gracias a ese programa fue donde vieron esa faceta mía y empecé a hacer una serie, 'Splunge', 'Sé lo que hiciisteis»… Siempre he dicho que trabajo llama a trabajo. Si estás en tu casa raramente van a llamar a tu puerta. En 'Ciento y la madre' hay gente tanto de 'Lady Kaña' como de 'El informal' y 'Sé lo que hicisteis'… Es muy importante portarse bien con todo el mundo y tratar a todos con respeto, a favor de obra, porque así cuando te vuelves a encontrar con todos ellos es todo más fácil. 

-¿Qué trabajo le ha marcado más?

-Como todo el mundo sabe lo que más te marca es en lo que más tiempo estás involucrado, y en este caso podría ser 'Sé lo que hicisteis', porque fueron cinco años de mi vida, pero cada trabajo marca de alguna manera. En muchos me he sorprendido a mí misma, en otros he sacado un lado que no conocía de mí, en otros he conocido a personas con las que he vuelto a trabajar más adelante y tengo gran amistad…

-¿Se arrepiente de haber aceptado algún trabajo de todos los que ha hecho?

-Nunca me voy a arrepentir de una decisión que haya tomado en la vida porque tengo la suerte de no ser nada impulsiva, las decisiones que siempre tomo son muy meditadas. Aquel programa era directo directo, no leía el programa antes y por tanto no sabía lo que me iba a encontrar, era un ejercicio más de ver cómo crecía delante de la cámara. 

-Pero pese a eso en el programa parecía que salía todo a la perfección…

-Porque había mucha química entre nosotros. El programa fue creciendo, porque al principio éramos Ángel, Pilar y yo y tuvimos mucha suerte porque nos dejaron libertad para crecer. No es lo que ocurre ahora donde si al tercer programa sigues con malas audiencias sabes que se lo pueden cargar. Las incorporaciones fueron además muy positivas. Lo que buscan productores y directores es que haya «feeling», y allí existía. Al espectador no le puedes engañar, cuando ve una relación buena en un grupo de personas que se ríen de lo mismo y que están haciendo humor… 

-¿Tuvo que decir muchas cosas con las que no estaba de acuerdo?

-Exacto. En mi contrato ponía que me contrataban como intérprete, no como cerebro de la panda, directora o la que elegía los contenidos. Si decían que íbamos a hablar de la Duquesa de Alba yo no podía decir que no porque era mi amiga. Igual que en el nuevo programa no podré decir que no se le gaste una broma a una enfermera porque mi madre es enfermera. Estamos haciendo humor y esto es lo que hay, te tienes que dejar guiar por el director, y es lo que siempre he hecho. Yo me lavo las manos, no hice nada malo. 

-¿Ni las críticas a 'Sálvame'?

-Pero es que eran muy divertidas… Yo pienso que todo el mundo es bueno y que todo el mundo se ríe de sí mismo, me imaginaba que se lo tomarían con sentido del humor como nosotros, pues de nosotros dijeron auténticas barbaridades y nos reíamos. 

Yo pienso que todo el mundo es bueno y que se ríe de sí mismo

-¿Cómo ha sido su encuentro con Jorge Javier Vázquez?

-Bien, me dijo encantado de saludarte, qué delgadita estás y qué guapa. Nos pilló de sorpresa en un ensayo, vino a saludarnos y todo bien, mejor de lo que yo esperaba. 

-¿Y con Paolo Vasile?

-Es que a Paolo no le conocía. Lo último que le dije a través del programa fue: «Te has cargado a mi enanito», refiriéndome a Ángel Martín, y yo le amenazaba diciéndole que me iba a cargar a sus «mama chicho», pero eso es la genial idea de un guionista. Es un hombre muy simpático, muy italiano, muy agradable e inteligente, con gran sentido del humor y sabe mucho de televisión. 

-Dicen que ahora ha recibido usted un guión para hacer una serie de TV…

-Está por venir y me apetece mucho. Va a ser una comedia, pero ya sabe cómo se mueve este mundillo, que un momento te ofrecen algo o grabas un programa y hasta que e emite… Sí que hay proyectos y los estamos estudiando para elegir bien. 

-Está a punto de estrenar la película 'Pancho'…

-Tenía muchas ganas de haer una comedia romántica familiar. Ya era difícil hacer una comedia como las que veía en Estados Unidos, familiar y que tuviera efectos especiales, y de repente me llegó «Pancho', donde hay una historia de amor, animación, niños, perros, acción… La trama está muy bien y los padres se lo van a pasar pipa. 

-¿Cómo lo pasó usted como diseñadora? 

-Bueno, hice una colección, pero era un tema completamente altruista. Yo tenía que hacer algo, porque era embajadora de la ONU y dije que qué mejor proyecto que hacer una colección de ropa para dar trabajo en países en vías de desarrollo, como en ese caso fue en Nueva Delhi y Bangladesh. Me gusta mucho la moda, pero nada más. El día de mañana, si me apetece diseñar pues vuelvo. 

-Si tiene tiempo, porque ahora encima está con dos libros a la vez…

-Sí, primero empecé una novela con Planeta, pero la abandoné un poco porque se puede hacer todo pero no al mismo tiempo, y me he líado un poco con otro libro que va dedicado más a las mujeres, es más gamberro. La novela va sobre una niña que tiene problemas y el libro sobre los problemas que podemos tener las mujeres si tomamos decisiones equivocadas. Es como un manual de instrucciones. No sé cuál saldrá primero, pero será de cara a las próximas navidades. 

En vez de criticarnos tanto a nosotros mismos deberíamos decir lo de «Yes, we can»

-Quince años ya en la profesión, ¿qué es lo más gratificante?

-Que desde que soy pequeñita siempre había soñado poder disfrutar con mi trabajo, y no digo que no lo puedas hacer como abogado o banquero, me refería a divertirme, y soy una privilegiada por trabajar en esto. A veces es complicado, pero todos los proyectos que he hecho siempre los guardaré con mucho cariño y siempre diré que todo es posible, solamente tienes que visualizarlo, soñar y querer. 

-¿Y lo peor?

-Tirar de una energía que no tienes en un momento dado. En comedia se necesita mucha energía y ejercicio previo para poder generarla sin tenerla y yo soy muy tranquila y reflexiva, casi tengo que tomarme tres coca-colas al día para activarme, pero al final lo más complicado es lo que luego te da más satisfacciones. 

-Vamos, que al final se terminará pasando al drama…

-Me gusta mucho el drama. No es que me parezca más o menos complicado porque creo que no depende de nosotros sino del proyecto que sea, quién te dirija… Todos mis compañeros que hacen drama manejan un «tempo» normal, que no requiere tirar de esa energía de la que tienes que tirar para la comedia. En Estados Unidos un actor parece que puede hacerlo todo, pero aquí se ve más complicado, pero de repente empiezo a ver a compañeras como Ana Millán, que lo mismo te hace un concurso que una serie o una peli, o a Arturo Valls que hace lo mismo, por lo que estoy viendo la luz al final del túnel. En vez de criticarnos tanto a nosotros mismos, como hacemos siempre, a mí me gusta que seamos más abiertos de mente, que digamos eso de «Yes, we can». 

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