viernes, septiembre 20, 2024
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Tertulias políticas: la nueva ‘Tómbola’ televisiva

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Treinta años se van a cumplir el próximo mes de septiembre del nacimiento de 'La trastienda', la primera tertulia política que se creó en España, en la Cadena Ser. Lo que nació para desvelar confidencias y aportar claves que la inmediatez de la noticia no permitía, y que con el paso del tiempo se fue sustituyendo por la opinión pura y dura, ha cambiado mucho, no ya sólo porque ahora no son sólo una de las grandes bazas radiofónicas sino también televisivas, y porque ahora más que rigor se busca entretener al personal, algo que ha hecho que el formato haya ido degenerándose. 

Como precisa Chelo Sánchez Serrano, profesora de Comunicación en la Universidad Pontificia de Salamanca y autora de una tesis en 2004 sobre las tertulias políticas en la radio española, «muchas tertulias se han acabado convirtiendo más en un cotilleo o en un fuego cruzado que en espacios que garantizan la comunicación pública». Para ella, «la conversación ha degenerado en una tendencia a la división donde un mismo hecho se ve como blanco o negro sin posibilidad de matices». 

No hay más que recordar que durante los años siguientes a aquel 1984, en el que Fernando Ónega propuso la idea a Eugenio Fontán, director de la SER, los integrantes de las tertulias fueron fundamentalmente una élite de periodistas que ocupaba puestos directivos o hacía información política.

Muchos de ellos eran los del grupo 'Crónica', periodistas que se reunían cada jueves del año, con la excepción de Jueves Santo y las vacaciones, con un personaje ilustre del mundo de la política  para desayunar con él en el Club Internacional de Prensa. El que un día les fallara el invitado fue precisamente lo que motivó el nacimiento de las tertulias, ya que el propio Ónega se dio cuenta de que lo que allí se había hablado esa mañana había sido mucho más interesante que en cualquier otra jornada. 

Periodistas y políticos

Ónega aprovechó una comida a la que asistió en el Restaurante Picardías, un cocido que nunca olvidará, junto al propio Fontán y Tomás Martín Blanco, director de Programas de la emisora, para sugerir la idea, que fue de inmediato aceptada. El problema era cómo convencer a Manuel Antonio Rico, por entonces conductor de 'Hora 25', para que no la presentara también él, ya que de hacerlo podría perder la pureza informativa que lucía.

Al final fue más sencillo, Rico no hizo mayor intención para presentarlo, y se hizo cargo de ese espacio, que se emitía justo después de 'Hora 25', Javier González Ferrari, el actual presidente de Onda Cero. El objetivo de 'La trastienda' era ser como un confidencial en la radio, en el que tuvieran cabida todas las noticias que los periodistas no daban en sus medios, con un poco «de gracia». 

Esas mesas redondas ocupadas exclusivamente por periodistas que se dedicaban a la información política dejaron de serlo en los 90, ya que a partir de 1993 fueron teniendo cabida en las mismas algunos políticos. A finales de 1996, 34 diputados tenían autorización para participar en esas tertulias radiofónicas, de los cuales la mitad pertenecían al PSOE.

Aquel cambio importante en la «alineación» de estos espacios hizo que se empezara a decir que dichas tertulias estaban «politizadas», por lo que de nuevo se fue volviendo poco a poco a sus orígenes, aunque con algunas excepciones, ya que ciertos políticos cambiaron sus escaños por los micrófonos, ya fueran en Madrid, como Cristina Alberdi, Pablo Castellano o Alberto Oliart, como en Barcelona, donde empezaron a tomar relevancia gente como Pilar Rahola, Eulàlia Vintró o Manuel Milián.

Paso a la TV

El éxito de aquel formato hizo que la televisión poco a poco fuera haciendo suyo el mismo. Para muchos incluso había llegado antes a este medio, ya que consideran que 'La clave' de José Luis Balbín, que había nacido en 1976 en el UHF, por entonces el segundo canal de TVE, podía entenderse también como una tertulia en la que, las más de las veces, se terminaba hablando de política.  

Para otros, el prototipo fueron los debates de Jesús Hermida, e incluso son muchos los que aseguran que la primera mesa política en TV fue la que creó María Teresa Campos en su 'Día a día', que estuvo en antena en Telecinco desde septiembre de 1996 a diciembre de 2004.

En aquella 'Mesa de debate' de la Campos tuvieron cabida reconocidos periodistas como Raúl del Pozo, José Oneto, María Antonia Iglesias, César Vidal, Antonio Casado, Carmen Rigalt, Amalia Sánchez Sampedro, Ignacio Camacho, Consuelo Álvarez de Toledo o Isabel San Sebastián, con lo que se volvía a aquellos incios radiofónicos en los que los periodistas estaban muy bien relacionados con los políticos.  

A partir de ahí raro ha sido el magazine matinal que no ha tenido su propia tertulia política, que han alcanzado su cénit con la llegada de la TDT, con canales minoritarios que intentaban basarse precisamente en ellas para captar los pocos espectadores que dejaban libres las «grandes» cadenas.

Tertulias matutinas, de mediodía, de tarde, de madrugada, diarias o de fin de semana, en medios públicos o privados, a nivel nacional o regional han copado la programación de un buen número de canales pues suponen una forma rentable de rellenar contenido  televisivo.

Como precisa un directivo de televisión que prefiere el anonimato: «La aparición de la TDT y los nuevos canales ha propiciado el género de la tertulia porque es un producto de bajo coste, no requiere gran infraestructura y permite ajustar los tertulianos a la línea editorial«. 

Comienzan las polémicas

Eso sí, lo que ha provocado esa masificación de las tertulias políticas ha sido que ya tuviera cabida ellas cualquiera y que muchos intentaran hacer méritos para seguir en las mismas con declaraciones explosivas, buscando siempre la polémica como mejor fórmula para intentar darle a ese canal los espectadores que buscaba.

El formato favorece el periodismo de trinchera y el debate se termina diluyendo en ocasiones entre las disputas de los tertulianos. A ello no ayuda que «figuras» como, por ejemplo, las de Francisco Marhuenda, Antonio Miguel Carmona, Carmelo Encinas, Alfonso Rojo o Eduardo Inda participen en tantos programas a la semana, hasta el punto de parecer que ya forman parte de muchas familias.

Aquel «sois gentuza» que gritaba Chabeli Iglesias en marzo de 1997, antes de abandonar el plató de 'Tómbola' y en clara alusión a los tertulianos de aquella tertulia del corazón, ha dado paso ahora a que muchos hayan hecho suya esa frase, dejando en un segundo plano los fundamentos con los que nacieron estos espacios, analizar la actualidad política y dar información inédita de la misma.

Pese a todo, el futuro de las tertulias políticas no parece correr peligro, ya que ogran congregar frente al televisor a miles de espectadores normalmente  en franjas cuya competencia son otras tertulias o en las que la competencia en otros canales es escasa. Son programas rentables para las cadenas y pueden servirles en casos para reafirmarse en su línea editorial o reafirmar al espectador que ve como hay figuras públicas que piensan lo mismo que él. 

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