El hombre al que parecen haber encumbrado las elecciones europeas, Pablo Iglesias, tiene un currículum más vinculado a la televisión que a la política. El líder de Podemos, que apenas hace tres meses que creó su partido, ha cumplido ya una década en la pequeña pantalla, la que se puede decir que ha financiado esa campaña electoral que comentan le ha costado a su formación 300.000 euros.
El no es Oprah Winfrey, salta a la vista, pero sí puede presumir de haberse hecho a sí mismo como ella. Si la famosa presentadora estadounidense cuenta en la actualidad con una fortuna de cerca de 3.000 millones de dólares después de haber nacido en el seno de una familia muy pobre de Mississippi, Iglesias puede haber comenzado a cimentar la suya el pasado 25 de mayo, aunque la familia de abogados madrileña en la que se crió no tenía tantos problemas económicos como la de la que fuera la primera corresponsal de televisión afroamericana de la historia de su país.
Lo que está claro es que los dos deben su fama a la televisión, aunque cada uno la ha utilizado para fines distintos. Ella para cimentar su carrera y ampliar su fortuna. Él para darse a conocer en lo que realmente le interesaba, la política. Los dos, a su manera también, pueden presumir de ser personajes mediáticos.
Pablo Iglesias tiene que darle las gracias a dos canales nacionales como La Sexta y Cuatro. Sin ellos, sin la presencia casi continua que ha tenido en los últimos tiempos en ambos no hubiera sido posible el éxito de Podemos en las recientes elecciones, simplemente porque, al margen de sus alumnos y sus 207.000 seguidores en Twitter, muchos de ellos logrados gracias a las citadas cadenas, pocos eran los que le conocían en este país.
Nadie puede asegurar a ciencia cierta que maneja las redes sociales mejor que nadie, pero sí que las utiliza mejor que los que han sido sus rivales en los pasados comicios, habida cuenta de que mientras que él ha publicado 7.590 tuits, Cañete, que tiene una presencia testimonial en ellas, publicó 92 tuits y Valenciano, que cuenta con 19.000 seguidores, ha lanzado 1.363 tuits.
Carrera televisiva
La «carrera» televisiva de Pablo Iglesias comenzó en 2003 con la puesta en marcha de la productora Con Mano Izquierda, que rápidamente puso en marcha 'La Tuerka', programa que debutó en Tele K. De ahí se trasladaría, por problemas de licencias de ésta, a Canal 33. y una versión similar, 'Fort Apache' la llevaría en enero de 2013 a la cadena de la capital iraní Hispan TV.
Sería en ese 2013 cuando comenzaría su salto al «estrellato», aunque primero tuviera que comenzar, curiosamente, en Intereconomía TV, donde debutó en 'El gato al agua' en el mes de mayo. Algarra le llamó para hablar de la convocatoria «Rodea el Congreso».
Esa primera intervención en un canal de la TDT hizo que los dos grandes grupos audiovisuales del país, AtresMedia y Mediaset, se fijaran en él para ofrecerle a partir de ahí que participara en diferentes programas de sus segundos canales, La Sexta y Cuatro, respectivamente.
Sin abandonar, eso sí, las tertulias políticas de 'El Gato al Agua' o de 'El cascabel al gato', de 13 TV, el líder de Podemos pudo empezar a sentar cátedra, como profesor que es, en espacios como 'La Sexta Noche' o 'Las Mañanas de Cuatro'.
De esta forma pudo tener en televisión los huecos que Podemos, a diferencia de otros partidos que sí habían concurrido a los anteriores comicios, no disponía, al menos de manera gratuita, en canales públicos. Uno de éstos, el Canal 24 Horas de TVE, sí se acordó de él para su programa '24h Noche'.
Enfrentamientos televisivos
Como era de esperar, con su labia y su capacidad para desquiciar con la misma a los otros contertulios, Iglesias ha tenido en estos programas constantes enfrentamientos dialécticos, que se han saldado con descalificaciones continuas, sobre todo de parte de sus oponentes.
Alfonso Rojo, director de Periodista digital, para el que Iglesias es «una mezcla de Lenin y Stalin», le echó en cara el haber trabajado con su productora para países como Irán y Venezuela, países no muy democráticos para él, e incluso le llamó «chorizo» y «mangante» a su cara, diciéndole que «cobras de todos los asesinos de este mundo».
En Cuatro también se enfrentó con Alicia Gutiérrez por decir que Susana Díaz usa el mismo lenguaje que el del PP. La periodista, cuando él la pasó la mano por el hombro, casi le pone una querella tras el grito «¡No me toques!».
Claro que su «incidente» más sonado lo tuvo en 'La Sexta Noche' con el director de La Razón, Francisco Marhuenda, tras preguntarle a éste de manera reiterada que cuántas matrículas había sacado en su carrera (el líder de Podemos presumió de 13). Marhuenda empezó ahí una retahíla de descalificaciones, llamándole «grosero», «maleducado», «faltón», «ridículo», «lamentable», «ofensivo» y «lameculos», calificativo que dijo le había llamado su oponente a él con anterioridad.
También en 'La Sexta Noche', el periodista de El Mundo Eduardo Inda aseguró que el partido de Iglesias «se jacta de pegar a gente inferior clase a la suya y se financia con dinero de la Venezuela de Maduro y Chávez, por lo que me da el mismo miedo que la irrupción en Francia del Frente Nacional de Le Pen».
Otro tertuliano, Jaime González, jefe de opinión de ABC, le indicó que «quien vota a Podemos está votando a lo que representa lo peor de la condición humana», algo por lo que terminó pidiendo perdón días después.
Y en Intereconomía, cadena que le sigue requiriendo de vez en cuando, la periodista Isabel Durán, presentadora de 'Más claro agua', se mofó días previos a las elecciones de Podemos afirmando: «Aquí tenéis un partido con un gran futuro político», al leer un tuit de dicha formacion en el que decía que en unos días «darían un susto a más de uno».
«Uy que miedo, qué miedo me da…». «¿El susto qué es, que van a sacar un escaño?», dijo la presentadora con el cachondeo de sus colaboradores, entre ellos Carmen Tomás y María Antonia Trujillo, exministra del PSOE.
Una vez celebradas las elecciones, Isabel Durán arremetía en su espacio contra los programas de televisión «que han creado esta criatura» que ha conseguido cinco escaños, calfiicando a su partido de «extrema, radical, absoluta izquierda, chavista, proiraní y lo que ustedes quieran».