Mal, muy mal le han sentado ciertos «tuits» contra Emilio Botín a Carlos Herrera. El periodista de Onda Cero ha decidido denunciar este jueves en el editorial de su programa a todos aquellos que han intentado de alguna manera desprestigiar la figura del expresidente del Banco Santander.
Para él, «lo que algunos han hecho con la muerte de Emilio Botín han sido glosas miserables, basura de aquellos que no han sabido aceptar el éxito de esta persona. ¿Cómo van a resistir la tentación de hablar sobre un banquero, de alguien que ha hecho mucho más por la colectividad que estos cuatro que sólo sabe colgar tuits?»
A la hora de poner nombres, Carlos Herrera ha llamado a Sor Lucía Caram «monja histeroide que aparece por algunas televisiones, Lucía creo que se llama». También ha hecho referencia a «el perfecto inútil de Alberto Garzón, al que ayer por cierto le dieron un buen revolcón en el Congreso de los Diputados», y ha hecho incluso una recomendación al PSOE, «debería de dejar de sacar a paseo a la pobre tonta de Beatriz Talegón».
El periodista radiofónico se justificó a sí mismo afirmando que «toda esta basura resentida lo que piden es que sea mediocre como ellos».
Todo el «resentimiento» de Herrera hacia ellos se debía a los «tuits» que habían colgado tras la muerte de Botín. Así, Sor Lucía Caram decía en la red social «Muere Emilio Botín #LosSudariosNoTienenBolsillos», mientras que Alberto Garzón subrayaba en otro: «Ha muerto Botin, un símbolo de nuestro sistema. Esto es, uno de los tantos que mandan sin presentarse a las elecciones».
Otro periodista como Carlos Cuesta también arremetía en otra emisora contra el citado Garzón preguntándose «Cuando ves a Alberto Garzón hablar de Botín dices: «¿Y tú? ¿Tú qué sueldos has creado en tu vida?».
Por lo que respecta a la secretaria general de la Unión Internacional de las Juventudes Socialistas, Beatriz Talegón, ésta escribía dos «tuits» en los que se podía leer: «No hay Botin que cien años dure ni ciudadanía que sobreviva a sus tentáculos. Tanta paz lleve como nos deja», y «No me alegro de la muerte de nadie. Pero ojo, tampoco me entristecen todas las muertes. Y no me pesa decirlo clarito».