lunes, septiembre 23, 2024
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El ‘Perrito, menea el rabito’ acaba con la paciencia de Olvido

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Se desenvainaron las espadas, se acabaron las treguas y sólo falta que de música de fondo suene la «Marcha a Degüello» que el ejército mexicano entonaba a las puertas de El Álamo. Una frase, «perrito, menea el rabito», ha terminado por desatar las hostilidades, a la espera de que Los Chunguitos agredan directamente a alguien para poder salir de la casa. 

Ese parece ser el siguiente paso de la estrategia de los cantantes para marcharse a su casa antes de tiempo y sin tener que pagar indemnización alguna. Primero lo intentaron con lo del racismo… y nada. Después, con lo de la homofobia… y tampoco nada. Lo dicho, sólo les falta «pinchar» a uno o dar un par de guantazos a otro para poder lograrlo. 

Y es que teniendo en cuenta que no pueden ser tan tontos como parecen (¿o sí?), estos auténticos artistas de la estrategia parecen tenerlo todo calculado y supongo que ya sabrán que para poder ser expulsados lo único que vale, según el reglamento del programa, es practicar la violencia, ya sea física o verbal, contra algún otro concursante.

Eso sí, también les bastaría con lograr que fueran nominados para irse, dado que nadie fuera de la casa, viendo las reacciones en las redes sociales y los comentarios de cualquier espacio de radio o televisión que comente el programa, comprende todavía cómo siguen ahí (por supuesto que hasta sus familiares, dado que saben sus deseos, votarían para que se fueran). Lo que una no sabe es si a partir de ahora venderán un disco más. 

Olvido vs Belén

Mientras llegan esas supuestas agresiones habrá que comformarse con la «buena nueva», sobre todo para la organización, del fin de la tregua entre Belén Esteban y Olvido Hormigos, algo que esperaban como la lluvia los agricultores.

La paz creada con el intento de acercamiento que hizo la exconcejala a la entrada a la casa, y la buena acogida que parecían haber tenido sus palabras en la «princesa del pueblo», han durado apenas tres días por culpa de una frase, «perrito, menea el rabito».

Las caras de ambas en el confesionario, cada una mirando para un lado y sin dirigirse la palabra, eran un poema. La exconcejala quiso eso sí aprovechar la ocasión para pedir «que no me falten el respeto», pero la escritora pasó de ella y pidió salir de allí de inmediato si el «súper» no la requería para nada más.

Claro que a ésta no se sabe si le sentó peor esa petición o que la Hormigos, que, como capitana, tuvo que dilucidar con su voto el empate que había habido en su equipo sobre quién era el «mejor señor», optara por Víctor Sandoval en lugar de ella, y se marchó soltando un «qué pesada»

Kiko, el «justiciero»

El que verá desde primera línea el tan ansiado duelo dialéctico entre ambas es Kiko Rivera, otro que llega esta noche al concurso con la intención no sólo de ganar el concurso, como él mismo ha declarado, sino de darle un poco más de morbo al mismo intentando poner en su sitio a Laura. 

En las primeras declaraciones que nos ha adelantado Telecinco del hijo de Isabel Pantoja queda claro que la conoció desde que era un niño pero que «fue una relación normal con la hija de unos criados de mi casa, de familia nada de nada». 

Paquirrín, al parecer por lo que ya ha visto del programa, califica a Laura de «una persona no muy educada, una oportunista», y adelanta que «a partir de ahora se le va a acabar el rollo y el cuento y va a tener que decir todo conmigo delante». 

Con tantos frentes abiertos la organización se frota las manos con las audiencias que pueden conseguir a partir de ahora. Ni Los Chunguitos les quitan el sueño.

 

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