El programa sí ha triunfado, como demostró en su gala final (fue el espacio más visto del «prime time», con 2.478.000 y un 14,5% de cuota) y al haber logrado la mejor cuota media de su historia (12,6%), pero el amor no. Las cuatro parejas que se dieron el «sí quiero» en su última entrega ya se han roto y cada uno de sus miembros anda por sitios distintos.
Lo más que han conseguido algunos ha sido sobrevivir juntos hasta hace apenas dos meses, mientras que ese es el tiempo que duraron otros, como fue el caso de Sandro y Vicente. El primero lo demostró incluso horas antes de que se emitiera la final, al acudir al plató de 'Sálvame' y tirarle los tejos a Kiko Hernández.
Curiosamente, la pareja gay fue una de las grandes prortagonistas de la final, ya que la madre de Sandro recibió la visita de Vicente, el elegido por su hijo, que le confesó que al principio del programa había tenido una aventura con otros de los candidatos, Ra, y ella le subrayó a su vástago y hasta a Luján Argüelles que «si hay algo con lo que no puedo es con la mentira».
Pese a ello, el concursante, que hasta ese momento tenía sospechas pero no la certeza de que la infidelidad hubiese sido real, tan sólo pudo afirmar que «necesito verle», poco antes de que Vicente entrara acompañado de una banda de mariachis que cantaban una canción de perdón, mientras le decía a su pareja que «yo te amo Sandro», imploraba su perdón.
El «culebrón» terminó con un «yo perdono la mentira sólo una vez, a la segunda, para mí, estas muerto«, que dijo la madre cuando finalmente la pareja decidió darse una oportunidad y salir de la mano a vivir su historia de amor.
Markus Beira también dio la sorpresa y plantó a su «putón familiar» para quedarse con Rocío, una chica dulce y familiar, al tiempo que David, el enmadrado pintor de brocha gorda, también hacía caso a las recomendaciones de su madre, la vidente Rosa, y elegía a Ana (han sido los que más han durado, hasta hace apenas dos meses), y Diego, el cineasta amateur, se quedaba con Bea, pese a que su madre todavía no le había perdonado que le dijese que tenía el cabello reseco.
El único que no siguió con todo este «teatro» fue, Rafa, el supuesto millonario de Marbella (dicen que todo es mentira), que no quiso seguir jugando a lo de fingir que estaba enamorado de alguien y finalmente decidió quedarse con su madre, a la que dijo eso tan bonito de «tú eres la mujer de mi vida».