A poco más de dos meses de su despedida del ayuntamiento y de la política, «para mí se ha terminado», la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, estuvo en el programa de Antena 3 'Espejo Público y no rehusó hablar de ningún tema que le propusieron.
Así, lo mismo defendió la inversión llevada a cabo en la certificación de que los restos encontrados en las Trinitarias eran, o no, los de Miguel de Cervantes, «yo creo que esto merecía la pena porque eso tendrá un beneficio para la cultura y para el turismo”, que los gustos de Esperanza Aguirre sobre la sede del ayuntamiento de la capital, si finalmente es elegida como su sustituta para el mismo.
Sobre este último tema, Ana Botella subrayó que «Cibeles es ya un icono de Madrid, pasaremos muchos alcaldes y ahí seguirá”, dejando claro que la sede no debería cambiarse».
La alcaldesa tampoco tuvo problemas en hablar sobre el aborto, «no creo que el aborto sea un derecho de la madre, el niño no es un apéndice de la madre”, e incluso sobre las críticas recibidas por su nivel de inglés precisando que «para los de mi generación tengo un nivel de inglés medio alto. El relaxing cup me queda ya muy lejos».
Sobre el tema del Madrid Arena, si se habría comportado de manera distinta durante esta crisis en caso de poder marcha atrás en el tiempo, Botella respondió que eso lo dejo para mí misma», aunque puntualizó que «mi responsabilidad como alcaldesa la cumplí«.
En esa línea de defender su gestión, y en relación con la normativa que acaba de aprobar y que prohíbe la contratación de familiares de concejales en el Ayuntamiento de Madrid, abogó por una Administración sin enchufismos, indicano que su deseo es «que volvamos cada vez a una Administración en la que la mayoría sean funcionarios. Hay que trabajar para que esto sea así. Cuando cambia el color político de una administración, no tienen que cambiar la mayoría de los funcionarios».