Cada día me aburre más 'Gran Hermano VIP'. Más de lo mismo, sin peleas, conflictos, confesiones o cotilleos. De entretenimiento, poco o nada. Todos quieren hacerse ya los buenos, sabeedores de que se acerca el final y nadie se sale del tiesto.
Incluso, como si fuera el día de la marmota, hemos vuelto a escuchar lo de «son muchos días, mucho tiempo, y ya estoy deseando salir para ver a mi gente». Sí, cómo no, son los «lamentos» de Belén Esteban una vez más en el confesionario.
Pero lo dicho, todo con buenas maneras y asegurando, por ejemplo que «espero que salga todo bien, aunque sabiendo que ganar es importante pero llegar hasta la final va a ser un triunfo enorme». Vamos, una loba con piel de cordero.
Vamos, lo mismo que Coman, que lo mismo les dice a Santi y a Ángela que «si alguna me acompaña en la final me encantaría quien fuera», que empieza a dudar de si ya es finalista, «lo de estar en la final es relativo, porque igual cambian algo». Hasta se pregunta, «¿qué hago yo en la final? No me cuadra», mientras afirma que «todavía no me siento en ella».
Malos actores
Lo único que hemos descubierto en las últimas horas es que, pese a su facilidad para engañar a los demás, todos los miembros de la casa no se podrían ganar el sueldo trabajando como actores. Todos demostraron ser pésimos en ese aspecto.
Se trataba de simular lo que el Súper les indicara, y ninguno ganó un Goya precisamente por su actuación. Santi, tan insípida como siempre, ni nos dio asco en su misión de simular que tenía un grano en la cara y que se lo tenía que explotar. Fede no convenció a nadie intentando sacarse un bicho que tenía en su interior y Coman dio directamente pena imitando al Súper.
La única que quizás podría hacer sus pinitos en el cine es Ángela Portero, que tenía que quedarse sin pestañear porque sino el mundo se acabaría. Aunque al final el Súper terminó diciéndola que «no sé qué haces riéndote si acabas de terminar con el mundo«, ella empezó ahí su gran actuación, simulando que lloraba por lo que había hecho y a fe que fue creíble.
Todo lo contrario que Belén Esteban, que tenía que hacer que era una mujer guapa a la que le salía barba (lo primero algo completamente irreal) y casi termina discutiendo con el Súper porque él le decía que ese pelo le gustaba mientras ella insistía en que esa pelambrera no le gusta nada. Sus aspavientos y gestos daban vergüenza ajena.
Campañas publicitarias
Algo mejor llevó lo de crear su propia campaña publicitaria buscando un eslogan para la misma. Ahí se limitó a decir: «Belén, fuerza y coraje«, para explicarles poco después a sus compañeros que es porque para estar con vosotros necesito valentía». Menos mal que el resto no le dijo lo que se necesitaba para estar con ella.
Coman, tan filosófico como siempre, optó por «Nacido entre lágrimas, esperanza en el pueblo», y tuvo que explicarle la primera parte a Santi, «significa que has nacido entre la tristeza», a la que sólo se le ocurrió «respeto y humildad».
Lioso como siempre, Fede no sabía si decantarse por «Afinidad, felicidad: España, vosotros podéis realizar mi sueño, o «España, con vosotros para realizar un sueño«. En los dos casos se trataba de seguir haciéndole la pelota al personal.
De nuevo aquí la más normal fue Ángela, que apostó como eslogan por «Vive, convive y deja vivir», algo que no todos los que han pasado por esa casa y todavía están allí han puesto en práctica.