Dar pena, penita, pena. Eso es lo que mejor saben hacer los cuatro concursantes que todavía sigue en la casa. Los juicios les han dejado un poco tocados a todos y ahora quieren hacer ver lo mucho que necesitan que la gente les quiera y acepte.
Por supuesto, a la cabeza de todos ellos está Belén Esteban, que ha reconocido por lo menos que «si gano me llevaré una alegría muy grande, me volvería loca«, antes de señalar que «la mayor alegría es salir y estar con todos los míos, porque necesito muchos abrazos y besos».
Para ella el programa ha sido «una experiencia demasiado, que me ha servido para pensar mucho sobre mi vida, sobre todo de las cosas que he hecho mal», aunque precisó que «estoy muy quemada» y que lo que más teme es el qué dirán de ella: «Me pondrán de loca por cuando he discutido, y yo lo siento por mi familia, porque en mi casa no estoy todo el día gritando y discutiendo». Sólo faltaría, porque entonces ni su madre estaría ya con ella.
La colaboradora de 'Sálvame' indicó que «yo no me como a nadie, aunque mi genio me pierda«, y ya le fue advirtiendo a Olvido Hormigos de que «la voy a decir una palabra, y no la que gente piensa, y luego le diré a Jordi que sigamos con mi entrevista, que ella ya tuvo la suya».
Su cara al verla de nuevo en la casa, donde entró con el torero, Ares e Ylenia para hacer de «jefes de campaña electoral» de Coman, la propia Belén, Santi y Fede, respectivamente, fue otra vez un poema, quemándose por dentro cuando la Hormigos decía los motivos por los que ella no podía ganar, entre los que estaba el que «no se puede premiar la mala educación».
Chari en boca de todos
El otro gran protagonista fue Coman, que sigue dándole vueltas a lo que Chari dijo de él, «yo soy estratega, no falso, y si me hubiera mirado a la cara la hubiera pillado, pero hizo el papel muy bien».
Belén aprovechó para recordarle que «ella te dio calabazas, aunque sea duro decirlo, porque cuando ella entró a ti se te levantó todo, te hubieras enrollado con ella el primer día si hubieras podido». De nuevo le salió su lado «finolis».
No contenta con ello le recordó que él le daba masajes a Chari, con crema y todo, y que «ella nos contó que intentaste darle un beso y ella quitó la cara».
El irundarra no sólo negó todo y subrayó que «luego a mí me llaman falso cuando ella hizo un juego». Según él, «lo de ella sí es atacar a alguien, y ya hablamos de ello pero a ella le interesaba que se vieran unas cosas, aunque cuando salga es cuando entenderé todo».
Coman y su pena
Coman también tuvo tiempo para dar más lástima aún contando su dura infancia a Santi, «yo nunca he llevado bien el no ver a mis padres, sólo les vi unos años en 2000 después de no haber estado con ellos desde que había salido de sus brazos, y por eso estoy desesperado por tener mi propia familia».
El chico le relató que su gran problema había sido siempre el de la vista, «no salía de fiesta porque para entrar en una discoteca y no ver para qué iba a salir», y hasta su experiencia en la casa, «creía que iba a estar poco tiempo, porque la mayoría os conocíais y Olvido era mi único vínculo emocional, pero he aprendido que haciendo frente a las cosas consigues superar todos los miedos».
Por supuesto también tuvo tiempo para hacerle la pelota a Santi, «con los que están aquí me llevo muy bien y me caen muy bien, pero el vínculo emocional no es el mismo que contigo», mientras ésta le confesaba también que «tengo miedo a salir y darme cuenta de que me he quedado loca, porque creo que me estoy quedando loca».
A su manera, Coman la tranquilizó diciéndola que «tú ya entraste bastante 'pallá'», y aprovechó para recriminarla que lo que menos le gusta de ella es que «tú y Belén estais todo el día cotilleando».
La mejor prueba de ello fue la charla que mantuvieron ambas sobre Chari. Mientras la gitana le decía que «yo pensé que no se iba por la seguridad que tenía», y se preguntaba si «¿habrá vuelto con Borja?», Belén le respondía que «creo que no, porque ella tonteaba con Coman».
El único que va más a su bola ahora, fregando a su manera, es un Fede que le confesó al Súper que «este es el rollo que me hubiera gustado que hubiera desde el principio, todo fluye mucho mejor», y le indicó que «lo que yo quiero es estar en una playa con Yle y que ninguno me toque las narices». Difícil lo tendrá viendo lo «seca» que estuvo la rubia cuando fue a visitarle a la casa.