«Tengo asumido que puedo morir, pero mi sueño es ser periodista y eso es lo que me empuja a volver una y otra vez». Las palabras de Antonio Pampliega, uno de los reporteros de 'Infiltrados', reflejan hasta qué punto se involucra el programa que estrena Cuatro este miércoles, a las 22:30 horas.
Como precisa su productor ejecutivo, Melchor Miralles, «para contar la verdad hay que asumir riesgos«, y eso es lo que hará Cuerdos de Atar, la productora de aquel, abordando temas como el yihadismo, tanto en sus raíces y captaciones en España como en la lucha armada sobre el terreno, las tramas de complot y política que existen en la frontera de Melilla, el presente y futuro del chavismo en Venezuela y la fuga de capitales, el blanqueo de dinero y negro y los paraísos fiscales.
'Infiltrados' debutará este miércoles intentando encontrar a dos españoles emigrados hasta el Kurdistán para combatir a islamista radicales. Lluis Miguel Hurtado, Ricardo García Vilanova y el citado Pampliega, acostumbrados a moverse en Siria, arriesgararon sus vidas para llevar hasta los espectadores su testimonio y para mostrarles los horrores de una guerra «invisible» para la comunidad internacional.
Así al menos la califica Antonio Pampliega, que dice tener «un compromiso» con aquel pueblo porque «me han salvado muchas veces la vida» y que puntualiza que «pese a haber estado con anterioridad en anteriores conflictos, hasta que no estuve en Siria no descubrí lo que es una guerra».
Conflicto «enquistado»
Según él, «el mundo no sabe casi nada de lo que pasa allí porque no quieren contarlo». Él no sólo lo hace sino que se juega la vida en esa labor, «durante el rodaje de este reportaje me dispararon tres veces y una de ellas se saldó con un tiro en la pierna de uno de mis compañeros».
Por ese motivo no sabe si impedirles de alguna manera a sus padres que vean el reportaje del miércoles, porque «saben que su hijo se juega la vida, pero tampoco se imaginan hasta qué punto». Pese a todo, Antonio, de 33 años de edad, asegura que «me gusta lo que hago y no me he fijado tiempo para dejarlo, porque mi señora también es periodista y ella me anima a seguir».
Eso sí, ni él ni la productora van a mostrar todas las imágenes grabadas, porque «hay que tener respeto por las víctimas y ningún humano debería ver ciertas cosas«. Afirma que las grabó para poder entregárselas algún día a los miembros de un tribunal que estén juzgando a los responsables de esas atrocidades, «para que vean lo que hicieron».
El haberlas visto él ha hecho que hoy en día esté siendo tratado por un psicólogo, ya que «por las noches lloro, me emociono, recuerdo los olores y los miedos, es algo que no se digiere, son todo fantasmas, aunque aquí tengo otra vida y me tengo que adaptar». Como él dice, «no todo el mundo vale para hacer esto».
Lo peor para el reportero, que fue a Siria por primera vez en 2008, es que no ve solución a la guerra entre kurdos y yihadistas, «es un conflicto enquistado», y por eso tampoco entiende que otros españoles, como los que se entrevista en el reportaje, vayan allí a pegar tiros, «yo nunca iría a una guerra a combatir, mis únicas armas son mis cámaras y los bolígrafos».
Homenaje a Trancho
'Infiltrados' fue el último trabajo de Santi Trancho, el que fuera también cámara de Frank Cuesta. En concreto el reportaje sobre Venezuela que Cuatro emitirá la próxima semana (en esta, a la entrega del miércoles se sumará otra el jueves, sobre cómo se reclutan los yihadistas, a las que seguirán sendos debates especiales conducidos por Javier Ruiz).
Melchor Miralles dijo que dicho reportaje es una especie de homenaje a Trancho, «en él se ven algunos planos en los que incluso aparece», y señaló que en el mismo se propone un recorrido histórico desde 1959 hasta 2015, con testimonios exclusivos e imágenes inéditas de la juventud de Hugo Chávez.
En semanas posteriores los cámaras del programa también abordarán el problema de la valla de Melilla, intentando descubrir, por ejemplo, qué papel juega la policía marroquí en este asunto o qué sucede una vez que los inmigrantes cruzan la frontera, y también qué pasa con la fuga de capitales a paraísos fiscales como Andorra, Suiza, Gibraltar o Panamá, qué procedimientos siguen los evasores para trasladar su dinero sin levantar sospechas.