Ya pueden respirar tranquilas las televisiones, y por supuesto los seguidores de los canales bajo los que sobrevolaba la amenaza de cierre (Boing, FDF, Energy, Divinity, Neox y Nova, entre otros). Las privadas han logrado evitar el mismo aunque para ello hayan tenido que tirar de talonario.
Soraya Sáenz de Santamaría, que era partidaria de evitar este cierre, ha ganado de esta forma el pulso que mantenía con el ministro Soria, ya que el titular de Industria era partidario de que la ley siguiera adelante y que si ésta lo estimaba oportuno se procediera al apagado de esos nueve canales.
La decisión final la tenía que haber sacado a la luz el próximo martes el Tribunal Supremo, pero las TV han alcanzado un acuerdo con los demandantes (Infraestucturas y Gestión 2002) para que retiren los recursos que solicitaban la clausura de estas cadenas por haber sido repartidas por el Gobierno de Rodríguez Zapatero sin previo concurso. El arreglo les ha costado casi 20 millones de euros.
Con este acuerdo se logra que no se vuelva a repetir otro cierre de canales como el que tuvo lugar hace un año, cuando otros nueve desaparecieron después de otra resolución del Supremo. A las cadenas no les ha quedado otra que rascarse el bolsillo una vez que sus presiones al Ejecutivo de Rajoy, para que aprobara un Real Decreto que anulara el efecto de esta sentencia, no hubieran dado resultado.
La principal beneficiada será Mediaset, que podrá seguir contando con más canales que nadie (iba a ser la gran perjudicada con el cierre de hasta cuatro de sus ofertas: Boing, FDF, Energy y Divinity). Atresmedia iba a perder otros dos (Neox y Nova), y Vocento y Unidad Editorial, uno cada grupo (el de éste último es el que tiene ahora 13 TV, que podrá seguir emitiendo).
Ahora, estos grupos no sólo no perderán ningún canal sino que podrán ganarlo si finalmente son beneficiados con alguna de las seis licencias que otorgará el próximo mes de octubre el Gobierno, de las nueve ofertas que han sido aceptadas al cierre del concurso.