martes, septiembre 24, 2024
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“Alguien me tiró una botella y me abrió la cabeza”

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El programa del publicista, jurado de talent shows y entrevistador llega al fin de su primera temporada. Y para finalizarla como se merece, Risto Mejide se sienta en el sofá opuesto y responde a las preguntas. 

«Sé que me tacharán de ególatra, de egocéntrico y de todo lo que empiece por 'ego'… y me la suda». Así comienza el programa que pone fin a una gran variedad de entrevistas en las que personalidades de los más diferentes ámbitos se han abierto hacia la audiencia. 

En este programa es Risto el que se abre ante José Corbacho dejando sendos titulares, y mostrando su lado más personal y alejado de su fachada de ser arrogante, maleducado y borde. Esta personalidad insolente y soberbia le ha creado numerosos detractores, hasta el punto de ser atacado de forma que él define de «cobarde» cuando según sus palabras «alguien me tiró una botella y me abrió la cabeza”. 

El protagonista asegura que «se ha descubierto a veces absolutamente sobrepasado en Al rincón de pensar” como fue en el programa cuando entrevistó a Mario Conde o a «El Rubius». Y si hay algo de lo que se haya arrepentido es de no haber creado un seudónimo para su personaje, para pasar desapercibido y separar claramente su personalidad real de la televisiva. 

Acaba la entrevista entrando en su vida amorosa. Mejide prueba su propia medicina explicando que ha tenido tres relaciones largas en su vida: “Yo no le tengo miedo al compromiso, deseo el compromiso. Con los años vas descubriendo que enamorarse es un autoengaño también y te enamoras más conscientemente”. Además se sinceró sobre su matrimonio fallido y lo que él considera que es lo mejor que ha hecho en su vida, su hijo Julio

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