En enero de 2013, un numeroso grupo de trabajadores de RNE sacaba una carta en la que indicaban que «no sólo hemos vuelto a los tiempos de la manipulación y el sectarismo, sino que se añade algo mucho más grave: el hundimiento de la calidad». Dos años después, no sólo parece que se haya solucionado la situación sino que se ha empeorado considerablemente, según también el personal de la casa.
Si en aquel entonces denunciaban que «todo ha desaparecido para dar paso a un silencio motivado por el miedo a las represalias, porque ya hemos visto cómo muchos compañeros –directivos o redactores de base- han sido retirados de sus puestos “naturales” sin justificación y con formas un tanto mafiosas», ahora se habla de «dictadura», la que al parecer imponen el director de RNE, Alfonso Nasarre, y el director de Informativos de la emisora, Alberto Martínez Arias.
El año pasado, el Consejo de Informativos de RNE, órgano que representa a los profesionales que elaboran información, denunciaba en su último informe que en la radio pública se habían dado órdenes para ocultar la información sobre Podemos y no incluir las declaraciones de su líder, Pablo Iglesias.
La tensión entre redacción y directivos tuvo un importante pico en junio, el día del fallecimiento del concejal del Ayuntamiento de Madrid Pedro Zerolo. Ese día Martínez Arias ordenó, según los trabajadores de RNE, que no se abrían los boletines de Radio Nacional con esta noticia y le comunicó a la editora que no se debía dar en primer lugar esta información. Ante la negativa de ésta, se dirigió a todo el equipo de edición que también se negó, como posteriormente hizo la redacción. Ante esa tesitura él mismo dijo que leería el boletín, pero poco antes de hacerlo rectificó y permitió a la editora leerlo, según relatan testigos de aquel incidente.
Ahora, los trabajadores de RNE vuelven a mostrar su disgusto por la política que se está llevando a cabo en la casa, que está deparando que buena parte de los que llevaban a cabo su labor en el área de Informativos hayan pedido el pase a la de Programas.
«Purga y depuración»
El sindicato UGT va más allá y habla de «vendettas» personales de Martínez Arias, «con el sello inquisitorial que le caracteriza», e incluso señala que «van a servir de muy poco a los intereses de aquellos que le han aupado a un cargo que, como viene demostrando día a día, le viene muy grande».
Para este sindicato se está llevando a cabo una «purga y depuración, con la cobardía que caracteriza al director de Informativos», contra alguno de sus miembros destacados, que se puede constatar con los relevos producidos en el equipo de edición matinal de Radio 5 desde el asunto de Zerolo y la homofobia.
El último ejemplo del despropósito que dicen se está llevando a cabo en Informativos ha tenido lugar con motivo de las noticias sobre la ola de solidaridad y sensibilidad que recorre el planeta ante el drama de los refugiados. Según ellos, «se ha reaccionado tarde, y a petición de los propios redactores, para enviar un equipo al lugar de la noticia».
Lo que dicen no entender es «¿cómo se puede convertir en habitual llegar tarde y con medios insuficientes a los acontecimientos de primer orden que se producen en el exterior, mientras se derrocha a manos llenas en la megalomanía de esta dirección?».
Por el contrario destacan la «celeridad» con la que se envió un equipo, encabezado por el jefe de internacional, para ultimar los preparativos de «un frustrado despliegue de personal y medios para la realización de una faraónica emisión desde Cuba», mientras que cuando tuvo lugar «la verdadera noticia en la isla», la reapertura de la embajada de EEUU, no se envió a ningún informador para cubrirla.
Clima de miedo
Ese clima de miedo que denuncia UGT que se ha impuesto en la redacción de RNE llega ya al punto de provocar un éxodo de Informativos a Programas, «compañeros que huyen del menosprecio y la persecución, que intentan evitar ser víctimas de la caza de brujas con la que este pequeño dictador pretende saldar sus cuentas personales a la vez que forjar una redacción entregada a los caprichos de Génova».
El sindicato recuerda que Martínez Arias fue responsable de comunicación de Federico Trillo-Figueroa en el Ministerio de Defensa, y por tanto responsable directo de la pésima gestión informativa en la tragedia del Yak 42, «ese mismo estilo comunicativo es el que ahora pretende imponer en Rne, mentira, manipulación, engaño y falsedad».
El director de RNE no parece contar con el beneplácito de sus trabajadores ya que «no hay servicio ni emisora de RNE que no se vea arrastrada por el lastre de este pequeño dictador, antítesis de lo que debe ser la gestión de nuestra radio pública».
Como ejemplo de ello indican que en informativos se amenaza y se persigue a los profesionales porque intentan ser independientes, o simplemente porque tienen cierto color sindical (el de UGT), mientras se favorece a «perritos falderos para hacer de chivatos en favor de la Purga Popular o Personal del Señor Arias».
Tampoco dicen entender cómo se ha quitado, «con absurdos y contradictorios argumentos», microespacios de Radio5 para dejar hueco a sus «conocidos, controlados y fiables amigos», ni tan siquiera por qué el programa de tráfico en Radio 5 de los domingos se ha entregado a un colaborador externo desplazando a los profesionales de RNE. Y, por supuesto, por qué ningún directivo de RNE ha asumido la responsabilidad de que RTVE haya tenido que pedir perdón públicamente a Israel, por haberse tachado a RNE de antisemitismo, y que el director de RNE, Alfonso Nasarre «ni está ni se le espera».