jueves, septiembre 26, 2024
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“La fea” y “la puta ésta” se cuelan entre masturbaciones nocturnas

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La gala comenzó con una Mercedes Milá bastante discreta (al menos de look) que, al fin, ha dejado de ser la protagonista de un concurso que monopoliza desde tiempos inmemoriales. Y todo gracias a Maite, la concursante más polémica de esta edición de Gran Hermano 16. Ella llegó y besó el santo, desde el minuto uno daba muestras de su personalidad excéntrica y de sus ademanes burdos y ordinarios. Al menos Suso (hijo postizo por obra y gracia de la organización) ha podido librarse de ella, dado que su secreto fue descubierto Nieadziela y, por tanto, ha podido dejar de fingir que esa mujer que no paraba de ‘sobarle’ y gritar que quería más a su padre (puro teatro, y además del malo) es la que le trajo al mundo.

Maite no da puntada sin hilo. No tuvo suficiente con obligar a sus compañeros a que se fueran a dormir porque ella tenía sueño (salió de la habitación en estado de semidesnudez, cubierta únicamente con dos jerseys anudados, y pegando gritos a diestro y siniestro), que a la mañana siguiente también despertó a toda la casa porque, según ella, como no la habían dejado descansar, todos tenían que pagar por ello. Con esta actitud ha conseguido convertirse en la enemiga número uno de casi todos los habitantes de la casa. Además, cruzó insultos e improperios con Ivi, también por 'mangonearla’ en la limpieza de la cocina. La mexicana no se calló en ningún momento, y no tuvo suficiente con llamar “mongola” a la pamplonesa, que también se refirió a su persona como “la puta ésta”. Maite montó en cólera al oírlo, aunque la propia Ivi y el resto de sus compañeros intentaran rebajar la tensión asegurando que, en realidad, había dicho “la bruta”.

Su hija Sofía tampoco se queda corta en polémicas. La modelo entró en cólera con Amanda por, según ella, tener un gesto de desprecio con su madre secreta. Imitaciones burlescas aparte, también la calificó de “fea” y de “plástico”, refiriéndose a lo artificial de la joven. La estudiante de psicología se consuela de todos estos disgustos con su chico preferido, Suso, al que besó en la primera fiesta que organizaron con unas copas de por medio. Pero ya ha llegado al siguiente nivel: se ha metido en su cama y, ocultos tras las mantas, varios movimientos sospechosos hacen apuntar que los jóvenes se han conocido “un poco mejor”. El primer ‘edredoning’ ha llegado a la casa de Gran Hermano, no se sabe si con relación sexual completa o de una manera un poco más ‘sutil’. El caso es que todo esto vino azuzado por la porpia Maite, que le recomendó a Suso «echa un polvo con 'la Sofi' y asi descargas

Tras descubrirse el secreto de Han (el chino que solo podía hablar chino), el de Granada se ha soltado la coletilla y no ha callado desde que el Súper le dio permiso. No para de tontear con Aritz, con el que tiene un ‘feeling’ especial, y que el vasco alimenta con piropos del tipo “que ojos más bonitos tienes».  Además, sus compaañeros le preguntaron que si era gay y afirmó que a él no le gustaban las etiquetas.

Como novedad también la entrada de Muti, el concursante ‘invisible’ al que todo el mundo ponía cara gracias a las maravillas de las redes sociales menos los propios habitantes de Guadalix de la Sierra. Maite, que ya reveló que su debilidad son los africanos, no se separó del él ni un solo segundo.

En definitiva, que tras unas nominaciones en las que volaron los cuchillos, las que esta semana optan a abandonar la casa son Maite, su hija Sofía, y Raquel, a la que la mayoría ve como “el rival más fuerte” y una “gran estratega”. 

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