¿Qué va a pasar ahora en la casa? Sin Maite y ahora sin Raquel, esa es la pregunta que se hace ahora la audiencia de 'Gran Hermano 16', salvo que se produzca esta semana un nuevo enfrentamiento entre concursantes o Suso quiera «morir-salir» matando.
Y es que el concursante que parece más odiado por el público, y también dentro de la casa viendo que ha sido por fin nominado, es uno de los que esta semana tendrá que someterse a la votación del pueblo, junto a Amanda, la atleta, y Quique, el médico. Éste pudo salvarse a sí mismo, pero prefirió indultar a Han porque «aquí hemos venido a jugar y quiero competir contra Suso«.
Eso fue lo primordial de la quinta gala de ‘GH 16‘, que deparó un «cara a cara» entre Sofía y Raquel que se saldó «sin chicha», habida cuenta de que primero no se dirigieron la palabra y después, cuando Mercedes Milás las incitó a ello («parece hasta heroico estar callada al lado de una persona durante 30 minutos» o «una oportunidad para sinceraros entre vosotras y también ante la audiencia»), ni se insultaron como habían visto que había hecho Sofía en las imágenes, ni, por supuesto, llegaron a tirarse de los pelos.
Lo más que llegó a decir Raquel es que «lo que no consiento es que me insulta, me ha dicho dos veces guarra y una puta«. Antes de eso, Suso se despidió de la que ya era su pareja en la casa desde esta semana, mientras ella, por si acaso, le indicaba que «te esperaré fuera”. Una vez en el plató,
Por su parte, Sofía se defendía asegurando que «yo he estado en situaciones que he visto que me han dolido muchísimo. Lo he sentido como una traición. Lo que me ha salido por la boca no es bonito, pero es lo que me salió, lo siento”.
Al entrar la hija de Maite otra vez en la casa, Suso no sólo se vino abajo sino que llegó a pronosticar que «Sofía ha ganado ‘Gran Hermano’”, puntualizando que «están haciendo el programa para ella”.
Maite en acción
Una vez en el plató, Raquel señaló que «salir duele más que que me haya echado Sofía», ya que dijo que no había tanta rivalidad dentro de la casa.
Para la presentadora, el motivo de su salida había sido que «ibas de sobrada, por la edad, y pensabas que te comías a ese pollito de 19 años”, pero la fisioterapeuta lo negó.
Más explícita se mostró Raquel al hablar sobre Maite, “no la puedo mirar a la cara”, para a continuación, una vez visto algún que otro vídeo, resaltar que «no quiero hablar con alguien que aconseja a su hija que se f… a alguien», haciéndola una petición, “tienes que admitir que no has sido buena compañera».
Por supuesto, Maite no se calló y dijo que «la desquiciada eres tú, porque la has tenido con toda la casa”. Poco le importó ya eso a la recién expulsada cuando Mercedes Milá le presentó a su suegra, la madre de Suso, a la que abrazo y dijo que «no me arrepiento de acercarme a tu hijo, me ha tratado muy bien y si me han echado por eso, lo siento».
Por otra parte, por un lado se dijo que esta sería la última vez que se vería a los concursantes adivinar los secretos de sus compañeros, pero al final la Milá se despediría con la frase “ellos (los concursantes) creen que ya no hay secretos, inocentes, pero no saben con quién están jugando”.
La principal novedad fue que esta vez todos tuvieron que nominar mirando al resto, a la cara, y contando con la inmunidad de Quique por haber encontrado el disco de Pablo. Cuando dijo que prefería salvar a Han el único que le aplaudió fue… Suso. La batalla entre ambos está servida.