Para todo el mundo era un miembro de las operaciones especiales de la CIA, pero en realidad Wayne Simmons no dejaba de ser tan solo un estadounidense que aparecía con frecuencia en programas de televisión para hablar de temas militares.
Después de haber realizado multitud de conexiones en televisión, asistencia a debates, colaboraciones y opiniones sobre conflictos políticos el personal creía que Simmons era poco más o me nos que un espía, pero esa falsa personalidad le puede costar muy caro.
Y esa que de momento ha sido detenido bajo diversos cargos, entre el que figura la atribución propia de haber sido espía estadounidense durante décadas, y se enfrenta a una pena de prisión que podría llegar hasta los 35 años.
La investigación comenzó en el año 2013, cuando un agente de la CIA denunció que Simmons era un completo mentiroso. A pesar de estas acusaciones, la cadena en la que siempre intervenía, Fox, ha querido dejar claro que nunca ha recibido retribución alguna por ello.
Los sectores ultraconservadores creen que debido al continuo ataque del acusado a la Casa Blanca y al presidente Barack Obama, el órgano de gobierno estaría clamando una venganza. Simmons se enfrenta a cargos de estafa contra Estados Unidos, delitos de fraude electrónico y falsedad hacia el Gobierno. Hay sospechas, además, de que podría haber utilizado este rango para influir en negocios.