La extremeña ha vuelto al concurso de 'Gran Hermano' por la puerta grande y con un reencuentro romántico con el que ella asegura que es su gran amor, Suso. El catalán y Raquel se conocieron dentro del reality y, tras un primer romance del 'machito' de la casa con Sofía, ambos dejaron de contenerse para dar rienda suelta a su hasta el momento oculta pasión.
Después de ser expulsada por la audiencia, la atractiva morena fue elegida entre el resto de sus compañeros eliminados para ser repescada y volver a entrar a la casa de Guadalix de la Sierra. Caras felices por parte de 'su Suso' y de Amanda, pero bastante largas por parte del resto, sobre todo por parte de Marta (la canaria ni siquera saludó) y de Sofía, con la que han saltado las chispas debido a los celos de la de Cáceres por la buena sintonía que la hija de Maite mantiene con su 'ex'.
Todos estos desplantes por parte de sus compañeros parecen haber afectado a Raquel, que no ha podido aguantar y se ha saltado una de las normas principales del concurso: no desvelar información del exterior. Por este motivo se ha creado una campaña en Twitter, donde piden la expulsión de la participante, que no ha sabido cumplir las reglas. Los enfurecidos seguidores, mediante el hashtag (que se convirtió en TT) #RaquelExpulsiónDisciplinaria, están intentando por todos los medios que la novia se Suso se vaya del programa. Incluso han llegado a crear una lista con todas las infracciones que ha cometido hasta el momento.
Con esto debería estar ya en la calle @jaimeguerrag .. #RaquelExpulsiónDisciplinaria !!! pic.twitter.com/pYgMg6YuRN
— RAQUEL EXPULSIÓN (@CFmaitegh16) noviembre 1, 2015
Raquel y Suso hacen 'edredoning'
Los tortolitos de la casa no han podido aguantar más y, al fin, han consumado su amor bajo las sábanas. Fue el catalán el encargado de pedirle al Súper la hora sin cámaras, que se llevó acabo en el debate de ayer domingo. Aunque había dudas de si finalmente los protagonistas accederían a compartir ese momento de intimidad, porque horas antes los dos se peleaban (incluso llegaban a las manos) por un ataque de celos de Raquel.
Finalmente, después de una cena romántica y de charlar lo justo y necesario, llegaba el tan esperado 'edredoning', que según la extremeña «no es lo mismo» que practicar sexo debajo de las mantas de las demás camas de la casa.