Sin reglas, sin atriles, sin teléfonos móviles… Los cuatro protagonistas de 7D: El Debate Decisivo, para muchos ya los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (Soraya Sáenz de Santamaría, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera) tendrán que llevarlo todo muy claro el próximo lunes al plató de Atresmedia, porque estarán más solos que nunca.
Solos pero bien acompañados tanto por los cerca de 300 espectadores que presenciarán en directo el debate (ellos tampoco podrán tener móviles encima, ni posibilidad alguna de preguntar, ni gritar, ni tan siquiera aplaudir una intervención) como por los 68 millones de personas, de 26 países, que podrán seguirlo a través del Canal Internacional de Antena 3.
A ellos habrá que sumar los millones que podrán ver, a través de Antena 3 y La Sexta (en Onda Cero lo podrán escuchar), que tendrán cuatro horas para disfrutar o sufrir a los candidatos a La Moncloa, ya sea en las dos previas al debate (una cámara muda instalada en el cabecero del asiento del copiloto mostrará todo lo que vayan haciendo en los vehículos que les trasladarán a San Sebastián de los Reyes, desde que salgan de sus domicilios o sedes políticas), como en las dos que durará el mismo.
La directora de 7D: El Debate Decicivo, Luz Aldama, justificó su emisión, «había que hacer un debate a cuatro, porque era lo que quería la gente, y hemos luchado mucho para lograrlo«, y aseguró que será «abierto, flexible y diferente, innovador en la forma y alejado del encorsetamiento».
Dos descansos y 540 profesionales
Esa innovación parte con la citada cámara muda y seguirá ya en el plató con detalles como que los cuatro participantes estarán de pie, sin nada delante, para, según Luz Aldama, «poder verlos de arriba y abajo, con lo que será muy importante la comunicación no verbal«, aunque sí tendrán un taburete a su lado por si alguno quiere reposar un rato o escuchar más cómodo a sus contrincantes.
También novedoso es que «por primera vez las condiciones las ponemos los periodistas, no los políticos«. Y es que, según precisó la directora «todos han aceptado en un principio el venir incluso sin saber las condiciones del formato», por lo que al final terminó reconociendo que «ha sido más fácil de lo que imaginábamos».
Más complicado ha sido quizás la organización de todo, ya que en total 540 profesionales habrán intervenido al final de una forma u otra en el debate para el que se ha contado con 10.000 leds en el decorado, un centenar de cámaras, de las que 59 serán de plató y 30 en directo, un cable CHM, ocho cabezas calientes, tres travelling robotizados, 70 micrófonos y seis controles de realización.
Lo único que sí sabrán de antemano los cuatro políticos será el que habrá cuatro partes, dos pausas publicitarias en las que sí podrá entrar un asesor de cada uno de ellos para comentarles lo que estimen oportuno, que se les hará una pregunta al principio, que después habrá dos epígrafes sobre los que debatir, uno sobre economía y estado de bienestar y otro sobre reformas institucionales, y que después habrá una pregunta final para todos y un minuto para cada uno para lo que deseen, que serán los únicos 60 segundos que sí estarán cronometrados.
Además, este mismo jueves han descubierto, mediante sorteo estilo Champions, con recipientes muy similares que contenían cuatro bolas cada uno, que la ubicación, de izquierda a derecha, será Sánchez, Iglesias, Rivera y Sáenz de Santamaría, así como que el orden de la primera intervención será Sánchez, Rivera, Iglesias y Soraya, y que el de la última será Sánchez, Soraya, Rivera e Iglesias. La última palabra la tendrá pues el líder de Podemos.
Presentadores
Vicente Vallés y Ana Pastor, que ya trabajaron juntos en TVE, serán la pareja de moderadores y los únicos encargados de elaborar la lista de preguntas que harán a los cuatro políticos.
Precisamente sobre los 'cuatro elegidos' y, sobre todo por la ausencia de Rajoy, Vicente Vallés significó que «quizás el debate no sea absolutamente completo, pero sí el más completo que va a haber en esta campaña, porque están los cuatro partidos que tenían que estar».
Por su parte, Ana Pastor destacó de este espacio que «será un debate sin normas, con criterios profesionales y en el que por primera vez las reglas las marcarán los periodistas». Respecto a la ausencia del presidente del Gobierno, afirmó que «España está cambiando, pero aunque hubiéramos preferido que estuviera no se puede obligar a nadie, pero no sabemos lo que puede pesar luego su ausencia en las urnas«.