sábado, septiembre 28, 2024
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«Marhuenda era de joven el que le subía las coca-colas al director»

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Veinticuatro horas después de su enfrentamiento con Francisco Marhuenda en Onda Cero, Arcadi Espada ha decidido continuar con el mismo desde las páginas de ElMundo.es, en un artículo en el que se ha preguntado «¿Por qué lloriquea el periodista Marhuenda?».

El articulista recuerda que «no es la primera vez que Marhuenda se ha mostrado desagradablemente sentimental conmigo. El pasado, la ola borgiana, no tiene solución. Y siempre hay que tener en cuenta su resaca».

Arcadi se ha incluso remontado a los inicios de Marhuenda, cuando ambos trabajaban en el mismo periódico, «hace unos 30 años Paco Marhuenda subía las cocacolas en la redacción de El Noticiero Universal, diario de la tarde. Y mucho peor: se las subía al director, Jordi Doménech, que lo había colocado en aquel periódico con funciones ambiguas, que nunca supe exactamente cuáles eran». 

Según Espada, «él era un tierno muchachito de derechas y nosotros, la sección de política de aquel periódico, una manada de bestias pardas. Cada vez que se acercaba por allí, atraído como un imán, le caían unos bufidos salvajes».

Lo peor para él es que «a su visión de la vida se añadía la sospecha de que era un confidente del director; pero el escarnecimiento al que se le sometía me pareció muchas veces excesivo. Yo despreciaba sus opiniones e ironizaba frecuentemente sobre su candidez; pero le tenía simpatía».

Incluso se atreve a afirmar que «el joven Marhuenda me inspiraba, además, una cierta compasión: quizá fuera fácil ser Marhuenda en la covacha del director; pero no debía de serlo cuando cruzaba la puerta y entraba en aquella redacción donde se respiraba la humareda de tanto fatuo comunistoide, y yo el primero».

Por aquel pasado es por lo que cree que ahora no se llevan tan bien, «es evidente que cada vez que Marhuenda se cruza conmigo le vuelve, como una náusea, aquel pasado. Y llora. Y solloza y patalea gritando que ya no es aquel grumete, sino (¡pas mal!) todo un director de periódico. Está bien. Pero querría convencerle de que cuando me cruzo con él no veo nunca aquel grumete».

En base a ello puntualiza que «mis problemas con el periodista Marhuenda, si se me ocurriera tenerlos, estarían centrados en el periodismo que hoy hace y no en las cocacolas que subía. Aunque le admito la continuidad de su indemne carácter servil».

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