Lo que el viernes se vendió como un abandono, el domingo resulta que ya no lo era. La ex concejala de Ciudadanos, Carmen López, la primera política en activo que entraba en el reality de Telecinco, intentó explicar en el debate de este domingo su adiós al mismo pero no fue todo lo clara que la audiencia hubiera deseado.
Sandra Barneda, la presentadora de Gran Hermano VIP: El debate, no logró, por mucho que lo intentó, que la concursante sevillana se aclarara, sobre todo después de que afirmara que «he tenido que salir de la casa, no he abandonado».
Según ella, «yo quería mantenerme dentro, pero las condiciones que solicité para una determinada cosa no se podían cumplir. Yo quería un papel y un boli, pero no me lo dieron«, aunque subrayó que no podía hablar sobre el tema y que «firmaría ya para volver dentro».
Más misteriosa y enigmática que nunca, Carmen López confesó que «el día que entré en Gran Hermano VIP recibí una llamada dos horas antes que me dejó con los ojos en blanco. Mañana lunes tengo que ratificar un hecho como testigo. No lo he hecho antes porque el fin de semana no abre la Administración».
Pese a ello, no parece que ese fuera el motivo de su enfado en la casa y sí la prueba de la semana pasada, en la que los concursantes se tenían que embalsamar los unos a los otros. Ahí es donde cree que Carlos Lozano se sobrepasó con ella.
En el vídeo que le mostraron se pudo ver cómo Rosa Benito le dijo a la concejala que el presentador no hizo nada malo y, aun así, le pidió perdón, y cómo Rappel le recriminó que ella acordó con Carlos la postura que debía poner durante la prueba.
La concejala dijo que se había sentido vejada por el presentador de 'Operación Triunfo' porque éste le animó a colocar su mano en forma de vagina durante la prueba, «Carlos insistió en hacerlo. Yo estaba como si nada porque no sabía cómo parar a ese hombre«, le dijo al vidente.
Ese fue el motivo por el que acudió al confesionario para mostrar su deseo de demandar a Carlos Lozano por lo que había pasado días antes, amenazando incluso con una huelga de hambre hasta que pudiera llevar a cabo sus planes, «quiero que sepa España que estoy muy dolida, y que exijo una reparación inmediata. Exijo que la persona que me vejó salga del concurso, o sino sacadme a mí«.
Ahí fue donde empezó a gestarse su salida, ya que mientras que ella mantenía que «me tenéis que dejar que vaya a los tribunales ya. Para mí el amparo tiene que ser inmediato. Tengo que poner una denuncia», el Súper le advirtió de que si quería cumplir su deseo de demandar a su compañero, debía abandonar el concurso, pues no lo podía hacer desde allí. De ahí su marcha.