No necesitan saber manejar explosivos, escalar, esquiar y bucear, como los Boinas Verdes, ni trabajar en operaciones de contraterrorismo y contrainsurgencia como los Delta, ni ser expertos en combate cuerpo a cuerpo como lo Seal, pero actúan con el mismo sigilo y la misma efectividad que todas esas unidades de élite estadounidenses.
Dos decenas largas de trabajadores, fichados en el último año, y “de manera ilegal”, según denuncia el secretario general de UGT en RTVE, Miguel Ángel Curieses, por aquello de que ni entraron por oposición ni, la mayoría, estaban en la bolsa de trabajo de la casa, han conformado una ‘redacción paralela’ en la cadena pública a la que se le asigna, como a esas unidades norteamericanas, las ‘misiones’ más trascendentes.
Como precisa a este periódico el presidente del Consejo de Informativos, Alejandro Caballero, “mientras nosotros, el resto de trabajadores, cuando empezábamos en la casa llevábamos a cabo labores menores, dentro del proceso de adaptación, ellos, desde el primer día, se han encargado de temas cuando menos ‘sensibles’, lo que no es muy normal”.
La dirección de RTVE presentó a la plantilla el fichaje de 13 personas a principios de 2015, a las que posteriormente se fue sumando otra decena, como una manera de reforzar la misma en un “año tan trascendente de comicios electorales”. Dos meses después de finalizado el mismo, no sólo siguen en sus puestos de trabajo sino que continúan encargándose de las noticias políticas y económicas de mayor peso.
Trabajos de responsabilidad
Curieses insiste en que “se trata de un atrincheramiento gubernamental en previsión de una segunda vuelta electoral”, mientras que, para Caballero, el problema principal radica en que con la llegada de los nuevos se ha terminado arrinconando a compañeros muy válidos que llevaban haciendo determinadas labores durante mucho tiempo.
En este sentido recuerda, por ejemplo, que “dos de las personas que entraron pasaron a la sección de Economía, a ocuparse directamente de todos los temas relacionados con el paro, mientras que los dos compañeros que venían desarrollando esa función fueron desplazados a ‘Agrosfera’ y ‘Parlamento’, programas igual de válidos pero con una repercusión mucho menor”.
El presidente del Consejo precisa, eso sí, que la selección de esa ‘redacción paralela’, “porque aunque seamos más de 6.000 personas en la casa yo mismo, con 20 personas, podría formar una redacción paralela, teniendo en cuenta que ellos se encargan de las noticias más importantes”, no se ha regido por los mismos baremos.
Según explica Caballero, “ha habido circunstancias diversas, ya que mientras que algunos venían de Intereconomía, otros era simplemente por una situación de debilidad laboral, que por ello les hacía más presionables”.
Y es que Caballero revela que “cuando surgen determinados problemas es cuando el profesional de la casa de toda la vida pone pegas para realizar una información, como cuando recientemente el Ayuntamiento de Madrid ordenó la retirada de una placa en memoria de unos carmelitas muertos en la guerra y la persona encargada de la misma se negó, como le pedían, a decir que el Ayuntamiento no había tenido nada que ver en el tema. En ese instante se lo encargaron a uno de la redacción paralela”.
Perfil de los nuevos
El perfil de los que la componen, según él, es el de “personas, la mayoría muy jóvenes, que, por convencimiento ideológico, están dispuestos a dar ciertas noticias como quiere la dirección o gente que tienen que trabajar y están dispuestos a cualquier cosa”.
Caballero recuerda con asombro cómo tres o cuatro de las personas contratadas en el último año fueron directamente a puestos de responsabilidad interna, “Álvaro Fernández, que procedía de Cope y que nunca había hecho televisión, entró directamente para ser editor del Telediario 1, y Pepa Sastre pasó también desde el principio a ser coordinadora del Canal 24 Horas”.
Lo peor de todo, según Miguel Ángel Curieses, es que “la tasa de reposición hasta el último año era cero, ya fuera para cubrir una baja por maternidad o por incapacidad física de un trabajador, y había que pegarse directamente porque pusieran a alguien porque la Sepi ponía muchos problemas, mientras que en estos casos la Sepi no ha puesto ninguna pega”.
Ambos coinciden en que “no es un caso tan escandaloso como en Telemadrid, pero está claro que a todos los nuevos les han colocado en puestos estratégicos”, y, como puntualiza el secretario general de UGT, “para que se encarguen de los temas políticos más conflictivos para, con su afinidad ideológica al PP, dar otro sesgo a las piezas”.
Según él, “hay que tener en cuenta que son gente que vienen de Intereconomía o de 13 TV, de claro signo conservador”, y por ello, al igual que Alejandro Caballero, consideran fundamental que haya un nuevo Gobierno. Y con la mayor celeridad posible.