Los jueves, bueno y los domingos, los lunes… todos los días de la semana, los telespectadores de Telecinco les ven quejarse, discutir y, si ganan algo, sonreír de vez en cuando. Desde España pocos entienden cómo unos individuos que están en una isla del Caribe están tan amargados. Después de leer las siguientes líneas quizás se entienda mejor.
Sobre todo porque ninguno de los protagonistas de Supervivientes reside en el Hotel Palma Real, en el que los más de 130 trabajadores de la productora Bulldog ocupan casi el 40% de las instalaciones. Y porque ninguno, salvo Antonio Tejado cuando causó baja por enfermedad, disfruta, por ejemplo, de sus dos piscinas, hamacas, minigolf, sala de fiesta y restaurante, con camarero español incluido.
Lo que sí tienen los concursantes todo el día junto a ellos son un cámara, un técnico de sonido y un redactor que, en turnos de doce horas, no les dejan ni un momento al cabo del día. Tres desconocidos que en ningún momento utilizan sus nombres reales delante de ellos, llamándose por el trabajo que desarrollan.
Esos, además de sus rivales, no son los únicos a los que ven, ya que también tratan con los llamados 'inspectores de playa', que tampoco usan sus nombres y con los que sólo contactan si precisan de algo.
Bebidas, sí; alimentos, no
Como se ve, no debe resultar sencillo que tres personas los estén todo el día grabando, salvo cuando hacen de vientre o miccionan, aunque sí están presentes en este último caso si se trata de participantes masculinos.
Para esas deposiciones todos tienen una especie de baño entre palafitas, a modo de tienda de campaña, aunque alguno las hace en el mar, donde la mayoría aprovecha para orinar. Ese 'baño' sólo existe en Playa Paraíso, ya que en Laguna Cacao sus habitantes sólo cuentan con un agujero en la tierra y un cubo que vacían cuando lo utilizan.
El que lo desee puede solicitar cuchillas, ya sea para afeitarse o para depilarse, pero nada más terminar se las retiran para que nadie pueda sacar provecho de ellas. Algo similar ocurre con las compresas y tampones que les dan cuando lo piden. Las mujeres necesitadas de ellas las reciben de una en una por el mismo motivo.
Uno es también el número de preservativos que se concede a cada concursante, aunque hasta la fecha el único que lo ha usado, tanto en ésta como en ediciones anteriores, ha sido Fortu, el cantante de Obús, cuando le visitó su mujer el pasado año. Al finalizar el programa casi todos lo devuelven sin abrir, aunque este año Carla no lo podrá hacer ya que lo utilizó para hacer fuego con él.
Lo que no les dan, aunque algunos telespectadores crean lo contrario, son alimentos. Lo único que reciben es agua, pero del tiempo, ya que la fría se considera como un premio, así como bebidas isotónicas y batidos, por aquello de que el agua es depurada y por tanto carente de nutrientes y sales.
Todo está muy alejado de la idea de un paraíso que tienen muchos telespectadores. Por eso es por lo que algunos participantes hasta celebran su expulsión.