Para unos será su forma de 'dar pena'. Para otros, que es una mujer 'muy natural'. El caso es que Mila Ximénez sigue ganando partidarios y detractores con sus confesiones íntimas en Supervivientes.
Ahora parece que su vida fue durante una época todo un calvario para ella, hasta el punto que asegura que llegó a pasar más hambre que el que ahora está pasando en el reality de Telecinco.
La colaboradora de Sálvame les ha dicho a sus compañeros de aventura que hubo un tiempo en el que ella no tenía dinero ni para hacer la compra, «no tenía nada en el banco. Tenía todo embargado, no tenía nada para comer».
La solución que dice que encontró para ir saliendo del bache fue la de malvender relojes y abrigos, aunque no se lo comentó ni a su hija, «no le dije nada a nadie durante un tiempo. Ni si quiera a mi hija Alba».
Para lograrlo dice que tiraba de la imaginación y que se inventaba juegos para que ella no sospechara nada, «nos cortaban la luz y le decía que era la 'semana salvaje', que no podíamos encender las luces».
Mila les comentó que «odiaba los lunes porque era cuando cortaban todo. Los domingos dormía temblando», y que de ahí esa pasión por su labor actual y que se defina como una «adicta al trabajo», para que no le vuelva a pasar nada parecido.
Entre los que no le han creído se encuentran algunos de los integrantes de Supervivientes: El debate, donde este domingo se han llegado a plantear la posibilidad de que lo hubiera hecho para ganarse el favor de la audiencia.
M. A.