Para que luego digan que la imagen no lo es todo. No sólo para poder tener trabajo sino para hasta para no perderlo. Así lo ha demostrado la televisión pública de Egipto, que ha causado gran revuelo después de suspender a ocho presentadoras a las que ha dado un ultimátum: o perdéis peso u os quedáis en casa.
Según la BBC, la televisión ha concedido a las mujeres suspendidas el lapso de un mes para adelgazar y volver a antena con una «correcta apariencia», aunque seguirán manteniendo sus beneficios como trabajadoras: sueldo, vacaciones, etc. Lo que no se sabe es qué ocurrirá dentro de un mes si no cumplen los requisitos de la televisión.
El anuncio ha impactado a muchos de los trabajadores, e incluso Khadija Khattab, una presentadora del canal egipcio Channel 2, declaró que deberían ser los espectadores que le han visto en el aire, los que juzguen por sí mismos si realmente no se merece trabajar por su supuesta «gordura».
Mientras, los medios del país africano no han adoptado una postura unificada en este asunto, ya que mientras unos creen que la cadena debería centrarse en otras cosas más importantes que la apariencia de sus presentadores, como por ejemplo los propios contenidos de los programas, otros defienden la medida realizada y su aplicación en el resto de televisiones locales.
Quien sí lo tiene claro es una organización de orientación y ayuda legal a las mujeres, que ha condenado la decisión de la televisión egipcia, declarando sin ningún tipo de tapujos que es una clara «violación a la Constitución» y una forma de violencia hacia el colectivo de mujeres, aunque no ha logrado que la medida haya seguido manteniéndose.
Las presentadoras también han sido defendidas en el Parlamento, donde Sayyid Hegazy, ministro y periodista, preguntó «¿quién tiene el peso ideal en Egipto?», y se centró en el caso de la presentadora Khattab, de la que dijo que «puede tener algo de sobrepeso, pero ella es elocuente».
M. A.