Del hospital directa a Telecinco. No se sabe si con sus facultades mentales o no afectadas, el caso es que Aramís Fuster apareció como por arte de magia en las inmediaciones de Mediaset, supuestamente desorientada y, eso sí, pidiendo hablar con sus fans.
La vidente, que había sido ingresada en la unidad psiquiátrica del Hospital La Paz de Madrid el pasado martes 16 de agosto, después de haber sido hallada por la Policía en la habitación del hotel ‘G3 Galeón’ de la capital con varias lesiones en el cuello y la ingle, fue reconocida y rápidamente una persona de Sálvame, Vicky Laseca, coordinadora de invitados, fue a hablar con ella.
Según esta Aramís estaba «abatida, hundida, desnortada y con la mirada ausente”, y precisó que aseguraba se encontraba “sentada en los sofás de la recepción, con una actitud de hundida hacia adentro, rodeada de todas sus cosas en varias maletas y bolsos. Quería hablar con alguien, que alguien la escuchara”.
Al parecer, la tarotista se encontraba sin teléfono ni dinero, y contó que su familia no había tratado de ponerse en contacto con ella, “me preguntó dónde dormir… le recomendamos un hotel cercano económico”.
Al final no tuvo que ir a ese lugar ya que, según fuentes municipales consultadas por este periódico, el Samur social y la propia Policía la llevaron a la residencia que el Ayuntamiento de Madrid tiene en la calle Santa Engracia, gestionada por Eulen. Allí, los agentes advirtieron de que existía un riesgo de suicidio por parte de la paciente, y recordaron que ya lo había intentado hacía pocas fechas, cuando ella misma subió un vídeo en el que decía que «este es un vídeo que os quiero dedicar y puede ser de dos cosas. Puede ser de principio o de final. Y al decir final quiero decir de despedida. Sí, de despedida. ¿A que no lo entendéis? Supongo que en un corto espacio de tiempo sabréis de qué hablo”.
Hay que recordar que Aramís Fuster ya había sido desahuciada por impago de facturas que ascendían a casi 6.000 euros de alquiler de un piso de Berga, en Barcelona, y también acumulaba varias deudas que iba subsanando ofreciendo sus servicios sexuales.
El equipo de Sálvame decidió respetar la intimidad de la vidente de no grabar el encuentro, por “respeto a su situación y a su dignidad”, en palabras de una Laseca que al parecer la había creído porque «si estaba haciendo un papel era la mejor actriz del mundo».
Lo que sí emitió Sálvame fue la polémica llamada televisiva que la vidente realizó por la mañana a la cadena, donde admitía que la habían echado del hotel “al ver que no tenía dinero”, además de declarar “haber dormido en la calle” porque «mis hijos me han robado 400.000 euros, tengo una depresión muy grande».
M. Arroyo