Mientras la cadena está más que satisfecha por las audiencias de las dos entregas de Las Campos, a una de sus protagonistas, Terelu, parece que no le ha terminado gustando tanto la experiencia del reality, porque, según ella, por el mismo ha recibido muchos insultos.
La hija de María Teresa Campos cree que se magnifica mucho todo lo que hacen ella y su madre, «en los últimos años cualquier cosa que hagamos ha tenido mucha más repercusión», aunque dice que le gustaría puntualizar que no todo vale a la hora de calificarlas, «no hay derecho al insulto».
Terelu pide por ello desde las páginas de El Mundo que la audiencia sea más selectiva, «si no te gusto, no me veas», y asegura que «hay mucha hipocresía, se le saca punta a todo«, aunque cree que ella tiene buena culpa de todo lo que la pasa porque «yo facilito mucho el trabajo a los que me quieren hacer daño».
Pese a ello está orgullosa de que la insulten por su naturalidad, «no voy a dejar de ser yo», aunque preferiría que se lo dijeran a la cara, «no hace falta que me insulten por las redes, ya que me han llamado fea, gorda y foca», algo que parece que no sucede porque subrayaque «en la calle no percibo insultos y siento mucho más el aprecio».
De lo que han dejado entrever en el reality se sorprende de lo que ha sorprendido más, «ahora va a resultar novedad que las mujeres hablemos de hombres», justificando eso mismo en el hecho de que «somos confidentes y es natural que lo hagamos».
No se arrepiente de nada de lo mostrado en el programa de Telecinco, aunque confiesa que después de haberlo visto «a lo mejor si se hubiera reflejado ese miedo yo no habría tenido esa comida con mis amigas hablando de tíos».
Por la profesión que tiene no lamenta la repercusión que conlleva todo lo que hace, «ser un personaje público también tiene un precio y no confesarlo es faltar a la verdad», aunque destaca que no deja de ser una mujer más, «yo tengo problemas como todo el mundo y sufro como todo el mundo».
M. A.