La nueva Telemadrid, la que nació el pasado 26 de julio cuando el Consejo de Gobierno aprobó la constitución de la empresa Radio Televisión Madrid S.A., parece que va cogiendo forma con el nombramiento de su nuevo presidente. Lo curioso del caso es que la elección se ha llevado a cabo por sorteo, entre los miembros de su Consejo de Administración.
El afortunado ha sido Salvador Molina, un licenciado en Periodismo que es el actual presidente del Foro ECOFIN y director de su revista, además de miembro fundador de la Asociación Española de la Prensa Periódica (AEPP) y secretario de la junta directiva de la Asociación de Gerentes de Crédito (AGC).
Molina estará durante ocho meses en este cargo, que será rotatorio, y ya sabe que su sucesora será Mae Lozano, que fue designada por Podemos, y, posteriormente por la candidata de Ciudadanos, la también periodista Maria Pau Domínguez, que al igual que Pepe Oneto y Carmen Caffarel, también fue propuesta por un grupo político. El resto de miembros del Consejo, Juan Ignacio Ocaña, María José Peláez, Alejandro Perales, Alfonso Morales y el propio Salvador Molina, habían sido escogidos por asociaciones profesionales.
La poca capacidad de maniobra y los seis largos años que dura el mandato del presidente, ha empujado al Consejo a decantarse por esta fórmula con el objetivo de acelerar el proceso para elegir al nuevo director, cuyo nombre tendrá que presentar antes del próximo 31 de diciembre el nuevo presidente, por mucho que este cargo sea meramente representativo y con una escasa capacidad de maniobra.
Entre sus atribuciones sí está la de poder convocar al Consejo con carácter extraordinario y resolver los empates con su voto. También sabe que el sustituto de Ángel Martín Vizcaíno tendrá que contar con el beneplácito de dos tercios del parlamento autonómico madrileño.
De momento, la supuesta 'despolitización' del ente público se ha cobrado ya las bajas de periodistas como Alfonso Rojo, Hermann Tertsch y Ana Samboal, que siguieron al cese de Agustín de Grado, hombre de confianza de Aguirre y José Antonio Ovies, su adjunto que también fue destituido por los gestores provisionales afines a Cristina Cifuentes.
M. A.