Aunque nadie sabe realmente en ese espacio cuándo hablan en serio y cuándo no, cuando sus colaboradores se refieren a problemas personales, parece que esta vez algo importante la ha debido ocurrir a Lydia Lozano, sobre todo porque ella no es de las que falta porque sí a su puesto de trabajo.
En concreto llevaba dos días sin aparecer cuando hasta la fecha no había faltado nunca a una entrega de Sálvame, por lo que se esperaba con impaciencia saber el por qué de su ausencia, cómo justificaba ella la misma, sobre todo porque dos días antes su propio hermano había hecho públicos al programa ciertos problemas de salud.
Con la habitual parafernalia que rodea a todos los temas que se tratan en Sálvame, Lydia intentó explicar tanto al público como a sus compañeros que efectivamente habían sido temas de salud los que la habían hecho faltar a su puesto de trabajo, e incluso dio más dramatismo a su narración al afirmar que «he estado bastante asustada».
También, como suele ser habitual en Sálvame, donde se cuentan muchos temas a medias, la colaboradora, pese a las peticiones para que explicara más su estado, no quiso entrar en detalles sobre su enfermedad y se limitó a decir que «me asusté por una cosa muy de mujeres».
Sí reveló que había sido una de sus propias compañeras, Mila Ximénez, con la que también ha tenido más de un enfrentamiento, quien le había aconsejado visitar al ginecólogo al contarla ella que se encontraba mal.
Esta vez no hubo bromas con su enfermedad y sus compañeras y compañeros le mostraron su apoyo, e incluso la citada Mila y Terelu Campos la intentaron calmar al ver que se encontraba visiblemente nerviosa, asegurándole, al sacar su 'vena medica', que no le pasaba nada grave.
Lo curioso es que incluso Kiko Hernández, su ‘amigo-enemigo', dijo haberlo pasado «muy mal» por la ausencia de su compañera durante los dos últimos días, aunque ella, como otros muchos, no se lo tomó en serio. Ni tan siquiera su frase, «si a ti te pasa algo, no sé si sería capaz de seguir viniendo al programa».
M. A.