Casi año y medio después de afirmar que se iba a bajar de los escenarios como acto de reivindicación por el IVA cultural parece que ese pensamiento le ha acarreado más de un problema a Carlos Olalla.
El actor barcelonés está atravesando una peliaguda situación, hasta el punto que se encuentra pidiendo por el metro de Madrid, junto a su madre, yendo de vagón en vagón para intentar recaudar dinero para poder sobrevivir.
Al parecer, desde hace varios días, madre e hijo emprenden camino hasta el metro y, una vez allí, empiezan a recitar poesía para implorar la caridad ciudadana. Según ha confesado en una entrevista en la Cadena SER, «lo que hacemos es compartir una reivindicación común con el resto de viajeros, y la respuesta que obtenemos de la gente es maravillosa, se vuelcan con nosotros, nos abrazan, nos aplauden».
Carlos Olalla cree que «lo que estamos haciendo es algo muy digno que refleja la situación por la que pasamos la mayoría de actores y actrices», y precisa que «en nuestra hambre y en nuestra dignidad mandamos nosotros, no ellos y eso es lo único que nos queda».
El principal motivo de esta reivindicación, aparte de la necesidad económica de madre e hijo, es «demostrar que en este país los artistas pueden vivir de este trabajo». Según él, «si están criminalizando la cultura es porque no quieren que la gente piense».
Hay que recordar que el actor catalán ha aparecido en ficciones televisivas como 'Sin tetas no hay paraíso', 'Yo soy Bea', 'El secreto de Puente Viejo', 'El tiempo entre costuras', 'El Faro', 'Velvet', 'Víctor Ros', 'El Príncipe', 'Cuéntame cómo pasó', y más recientemente en 'La embajada'y en la nueva miniserie histórica de Telecinco 'Lo que escondían sus ojos'.
Por su parte, Cristina Maristany, madre del actor, tiene 83 años y es escritora y actriz. La veterana artista, que ha llegado a interpretar una obra en el Teatro Real de Madrid, se declara «más escritora que actriz» tras haber publicado doce libros, y en la misma entrevista de su hijo manifestó que «me parecen maravillosos los contrastes de la vida, no me asusta nada ser pobre, lo reconozco con orgullo».
M. A.