Aunque no fue muy bien de audiencia (no llegó a los dos millones de fieles y tuvo la peor cuota de pantalla de su historia), no se puede decir que el paso de Raphael por Mi casa es la tuya dejara indiferente a nadie, sobre todo por algunas confesiones del cantante, principalmente la adicción al alcohol del cantante que a punto estuvo de acabar con su vida.
Raphael le contó a Bertín Osborne la enfermedad que le llevó a necesitar un trasplante de hígado «nunca había bebido ni fumado, pero empecé a beber porque me hacía dormir, y nunca pensé que podía haberme hecho aquello». El cantante recordó que tuvo una cirrosis hepática, según le dijo el médico que le atendió, y que bebía a cualquier hora del día, «nunca pensé que aquellas botellitas, como las que hay en los hoteles, que bebía por las noches para poder dormir, podían haberme hecho eso».
El cantante dijo que era reacio a que le operaran por aquello, pero que un médico le dijo «que si no lo hacía iba a morir, y el día de la operación fue de vida o muerte, o llegaba el hígado, o no podía continuar viviendo». En ese punto señaló cómo otra cantante fue la que le dio la voz de alarma, «es curioso que fue Rocío Jurado la que me dijo que no estaba bien, y ahora es ella la que no está aquí con nosotros». También precisó que «durante el proceso de tratamiento jamás pensé en coger una botella porque siempre he sido una persona muy sana».
Tras la operación, aseguró que «quería volver cuanto antes a mi mundo. El transplante se hizo en abril, y en mayo ya estaba pensando en que disco quería grabar. En junio ya estaba grabándolo, y en septiembre de ese mismo año me subí al primer escenario», así como que también sabía dónde quería volver, «le expliqué mi situación al director del Teatro de la Zarzuela, donde había debutado yo hacía muchos años, y le pedí que me dejará volver a debutar allí. Tras conmoverle la historia, volvió a programar el año, y me dejó que fuera el inicio de temporada, estando una semana el teatro entero para mí».
Infancia y matrimonio
Durante la entrevista también recordó su infancia, «fue muy humilde. Estuve ayudando a mis padres desde pequeño, porque no éramos una familia pudiente, aunque no lo recuerdo como algo que fuera horrible, sino que recuerdo una infancia muy feliz», y hasta sus comienzos en el mundo de la música, «empecé a cantar por mi hermano mayor. Él estaba estudiando en un colegio de curas, y uno de ellos le dijo que buscaban un chico para cantar. Les dijo que aunque era muy pequeño, él tenía un hermano que no paraba de hacerlo en todo el día, y cuando fui, ya no paré».
Pese a ello, indicó que «no supe desde el principio que quería ser artista, pero una de las veces que fui al teatro, viendo una obra de Calderón, me entró las ganas de trabajar en un escenario, y dije 'Yo tengo que trabajar ahí'».
Otro de los puntos que trató con Bertín fue su paso por Eurovisión, «fue muy emocionante representar a España en el Festival. Era un evento por el que país se paralizaba para verlo, algo impresionante», e incluso las prebendas que tuvo por ello, «estaba haciendo el servicio militar cuando fui a Eurovisión, y entonces, el presidente de Televisión Española pidió que me trataran bien. Gracias a eso, iba y venia a mi casa, con los permisos que me concedían».
Sobre la relación con su mujer, la aristócrata Natalia Figueroa, explicó que «la conocí en una entrega de premios, y como todo el mundo daba por hecho que nos conocíamos, nadie nos presentaba», y definió a su mujer como «única, llevamos 45 maravillosos años juntos».
M. A.