A este paso cualquier programa va a requerir los míticos dos rombos de antaño o la calificación de que 'puede herir la sensibilidad del espectador'. Si en formatos como Adán y Eva o incluso Desnúdame la audiencia sabe lo que va a encontrarse, en otros como Casados a primera vista quizás pocos podrían esperar encontrarse con un pecho femenino al aire.
La segunda entrega de Casados a primera vista de este lunes, en la que dos nuevas parejas acudieron a la cita dispuestas a darse el sí quiero a ciegas, ansiosas de buscar la felicidad y encontrar a su media naranja, trajo más de una sorpresa, y no sólo en materia de audiencias, ganando 2,8 puntos de cuota con respecto al día de su estreno.
Mónica y Jordi ayudaron quizás a ese repunte de las cifras del programa y se convirtieron en una de las parejas protagonistas de la velada, después de viajar a Cancún para dar un giro de 360 grados a sus respectivas vidas. Cuando parecía que eso iba a ser lo mejor que les iba a pasar, pareció surgir el amor entre ellos, demostrando que los flechazos existe.
Ahí fue donde Mónica, una joven y exitosa modelo valenciana con ganas de encontrar a un hombre para toda la vida, después de diversas relaciones largas y tortuosas, dio el verdadero espectáculo, cuando tomaba junto a su nuevo amor un baño de espuma. Sin darse cuenta de que la misma no le tapaba todo el cuerpo, las cámaras mostraron uno de sus pechos al aire.
Quizás eso no le molestara mucho a Jordi, su marido, que había acudido al programa con el principal objetivo de asentar la cabeza y de enamorarse por primera vez en su vida. Durante el programa se vio claramente que los dos jóvenes habían tenido un flechazo a primera vista.
M. A.