Con la misma espontaneidad que lucía como reportera de Sálvame, el programa con el que se dio a conocer, Adriana Abenia ha manifestado con meridiana claridad lo que piensa sobre los orgasmos, como con anterioridad hizo en su blog de 20 Minutos sobre el «badajo a la fresca» en los gimnasios.
La presentadora considera que «los orgasmos se tienen o no se tienen, y no es lícito gritar como una grulla hasta agotar los sentidos del vecindario. Todas deseamos experiencias intensas que nos pongan la piel de gallina, pero en la vida hay que ser práctica y no engañar con los ojos en blanco al pobre, o a la pobre, que pretende hacernos alcanzar la gloria bendita con un falo o con la yema de los dedos».
La que fuera el pasado año conductora de Hazte un selfi, en Cuatro, o colaboradora de Amigas y conocidas, en La 1, y que se casó en 2015 con su novio de toda la vida, Sergio, asegura que «yo nunca he fingido un orgasmo. No es culpa mía si alguna vez no lo he tenido. Fingir orgasmos es de perdedores: fuera trucos, la magia es ser uno mismo».
Para ella, todas las parejas pasan por épocas menos fructíferas en el terreno íntimo y le resta importancia, pero que eso no debe influir negativamente, «es absolutamente comprensible no llegar de vez en cuando al clímax, pero no por ello debemos fustigarnos y crear falsas expectativas».
Adriana ya causó bastante polémica a comienzos de mes cuando publicó en el mismo blog que «basta ya de vendernos a las mujeres que sólo teniendo hijos alcanzaremos el Nirvana. Desde que me casé en diciembre del 2015, un goteo incesante de medios, con la mejor voluntad, me pregunta siempre lo mismo, al igual que nuestros amigos más cercanos. Tanto énfasis en algo que no debería constituir una obligación, mucho me temo que puede acabar en una aversión hacia esa etapa que nos venden como imperdible y maravillosa, la de la maternidad».
M. A.