Lo que ocurre a diario en Sálvame es de otro mundo. Lo que los telespectadores no puedan ver en este espacio no lo van a ver en ningún otro. Incluso que un colaborador del programa rompa a llorar por la que creía su amiga le ha hecho un desplante. Lo raro no es eso, sino que realmente no se plantee el por qué de esa reacción.
La última en experimentarlo ha sido Chelo García Cortés, que en su sección semanal Diario Ché se mostró perpleja porque Bárbara Rey, a la que había ido a ver a su pueblo, donde iban a entregarle el premio 'Máscara de oro', pasó literalmente de ella cuando intentó abordarla.
Esos desplantes, que fueron varios, no le sentaron nada bien a la colaboradora, tanto que incluso rompió a llorar por ello, al tiempo que manifestaba que «me ha dolido que me trate como si no me conociera (…) si ella me da la espalda es su problema».
La periodista al menos señaló que «están a mi lado los que tiene que estar, los que se han alejado de mí por estar en Sálvame es porque no tienen que estar», sin tan siquiera llegar a pensar que en vez de eso a lo mejor ese desplante se había debido a lo que había dicho de ella.
Hay que recordar que hace un mes, cuando saltó el escándalo de que, supuestamente, el CNI pagó a Bárbara Rey cantidades obscenas de dinero para mantener en secreto su relación con el Rey emérito, Chelo contó todo y más de la que fue su amiga y amante ocasional, y que incluso aseguró que Bárbara podría estar tras las filtraciones del escándalo con el único propósito de sacar dinero.
Sin duda nada que ver con los tiempos en los que la actriz le decía a la periodista en un Deluxe, el mismo programa que ahora intenta desesperadamente contar con la primera, que era «la amiga más importante de mi vida, con la que he compartido todo y con la que he sido un libro abierto», así como que «has sido mi hermana, para mis padres has sido su hija y para mis hermanos, su hermana».
M. A.