A este paso lo que no ha podido la cárcel, terminar con ella, lo van a lograr sus hijos, o los problemas que le están dando ellos o sus parejas. Isabel Pantoja parece que está de los nervios otra vez por culpa del nuevo novio que se ha echado Chabelita, al que muchos catalogan ya como el 'enemigo público número uno' de la Policía española.
La benjamina de la familia parece estar muy enamorada de Fausto, pero el pasado 'turbio' que tiene parece que no le gusta nada a la tonadillera, por mucho que los familiares del joven estén intentando desmitificar la presunta leyenda negra que se cierne sobre él, que este fin de semana ha paseado con ella por Florencia.
El caso es que esta relación de Chabelita, que está viviendo ahora sus primeros días, no parece haber empezado con buen pie, ya que el tal Fausto, que es hermano de Techi, ex novia de Kiko Rivera y ex mujer de Alberto Isla, ex novio a su vez de la propia Chabelita, no es el 'yerno' con el que soñaba para su hija a la matriarca del clan Pantoja.
De momento ya han sido varias personas, ex novias, ex amigas y madres de todas, quienes han hablado de Fausto en términos negativos, motivo por el que su hermana Techi ha decidido dar la cara por él en Sálvame, donde ha precisado que «se están diciendo muchas mentiras. Mi hermano no tiene 46 denuncias, son 46 anotaciones policiales, que no es lo mismo, y muchas de ellas de cuando era menor de edad».
En la hora de las confesiones sobre el 'currículum' de su hermano, puntualizó que «tiene tres causas pendientes: por apropiación indebida, estafa y por falsa documentación, lo máximo que se le pide es un año«, al tiempo que aclaraba que de momento había salido indemne de todas las acusaciones a las que se había enfrentado el mismo en el pasado, como la de maltrato doméstico o quemar un camión en Gandía. Techi puntualizó que hasta el momento su hermano sólo ha sido condenado a 10 días de trabajos sociales para la comunidad.
Con este panorama, al parecer Isabel Pantoja ha llamado a su hija, preocupada por las nuevas compañías que frecuenta, aunque parece que ésta, una vez más, ha sacado su lado más rebelde para defender la libertad de hacer lo que quiera.
M. A.